GRAVE. Los daños sufridos por poco le perforan la femoral./ CRISTÓBAL
Jerez

«He vuelto a nacer tras el atraco»

Un joven sufrió un intento de robo y agresión en la Feria, y en la escapada a punto estuvo de perder la vida

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Juan Manuel Álvarez, de 33 años de edad, se considera afortunado asegurando que «he vuelto a nacer», a pesar de haber sufrido un intento de atraco y agresión que podía haber acabado en tragedia. Aunque se encuentra convaleciente de sus heridas y aún le queda un largo camino de recuperación por delante, este jerezano se muestra aliviado y, sobre todo, agradecido a las personas que le tendieron una mano en uno de los momentos más críticos de su vida.

Los hechos se remontan al miércoles de Feria. Eran alrededor de las seis de la tarde cuando el joven se disponía a recoger a su esposa, que se encontraba dentro del Real, y en uno de los puestos ambulantes del exterior fue abordado por un grupo de personas de forma violenta. «Dos rumanos se me pusieron a cada lado, uno de ellos con una navaja, y me obligaron a apartarme de aquel sitio, con la intención de atracarme. Cuando íbamos andando me di cuenta de que otros tres más iban delante, y entonces le pegué un empujón al de la navaja y salí corriendo».

Al momento, comenzó una persecución por la zona de La Rosaleda que Juan Manuel recuerda con espanto, ya que al meterse en una de las calles residenciales se percató de que no tenía salida. Fue entonces cuando se atrevió a saltar una valla, con tan mala suerte que se quedó enganchado en la misma. Sus atacantes continuaron tirándole de las piernas con el fin de hacerle caer, hasta que los gritos de socorro alertaron al vecindario y los cinco individuos huyeron.

Sin embargo, el daño físico ya estaba hecho, puesto que los alambres le perforaron el muslo y cuando cayó de la verja estaba desangrándose a pasos agigantados. «De repente me vi tirado en el suelo con una enorme hemorragia, y un hombre salió de su casa pegando gritos. Entonces pasaba por allí el sacerdote de Las Nieves, que casualmente es enfermero, y me hizo un torniquete que me ha salvado la vida. Estuvimos esperando casi dos horas a que llegara una ambulancia, y como no venía, él le pidió al vecino que me llevara en su coche al hospital, porque si no me iba a desangrar, y así lo hicieron».

En el centro sanitario le atendieron de inmediato, y le sometieron a una intervención quirúrgica para reparar los daños del músculo y los tendones, lo que le obligó a permanecer ingresado en el hospital casi una semana. «El cirujano le dijo a mi padre que por un milímetro más me hubiera perforado la arteria femoral, como a Paquirri. Por eso he vuelto a nacer tras el intento de atraco, y le quiero dar las gracias a todas las personas que me ayudaron, incluida una chica que pasó por allí y estuvo un rato cogiéndome la cabeza y dándome agua».

Pero lo más importante para él fue la intervención del sacerdote, que posteriormente se acercó en alguna ocasión al hospital para interesarse por el enfermo. «La verdad es que he tenido mucha suerte, y la actuación de él fue fundamental. Ahora me viene otro hijo en camino, y me gustaría mucho que lo bautizara, porque me ha dado la vida por segunda vez». Aunque Juan Manuel interpondrá la correspondiente denuncia, no confía en que logren capturar a sus agresores y asegura que en lo único que piensa es en recuperarse y poder volver a su vida diaria.