PAN Y CIRCO

Procopio

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ienso que, tras las dos nuevas derrotas consecutivas y cuando ya se han levantado algunas voces contra el flamante entrenador, éste es el momento oportuno para exponer mi opinión favorable a la contratación de Raúl Procopio como responsable técnico de la plantilla amarilla durante, al menos, la próxima campaña. La condición indispensable es que los dirigentes le proporcionen los medios suficientes para que, libremente, redacte su proyecto. El análisis de los encuentros disputados hasta ahora nos demuestra, en primer lugar, que los reiterados errores cometidos y, en consecuencia, los resultados negativos tienen su origen, más que en sus planteamientos, en las deficiencias de la plantilla y, más concretamente, en los criterios que, durante el verano, se aplicaron para realizar los fichajes. Como nos demuestra la experiencia acumulada a lo largo de cerca de un siglo, la contratación a golpe de talonario, más que una garantía de éxito, es una apuesta al fracaso. No es extraño que esos mismos aficionados que, en ocasiones anteriores, demandaban al presidente que invirtiera millones en fichajes costosos, desde el comienzo de la presente temporada están reclamando la presencia de jugadores de la cantera. Procopio, a pesar de los riesgos que asumía, no ha dudado en incorporar a jóvenes del Cádiz B, dejando en la grada o en el banquillo a profesionales como Yago, Nano, Parri, César, Gastón Casas, Bangoura o Kosowski. Pero, a mi juicio, las pruebas más contundentes de su lucidez, de su independencia y de su valentía nos la ha proporcionado con la decisión de incluir a Barreiro y de cambiar a Natalio, a Dani y a Cristián. Su madurez la ha demostrado aún más que con sus declaraciones a la prensa, con las medidas que adopta en los entrenamientos, en el vestuario y en el transcurso de los partidos. Hemos de reconocer, sin embargo, que su trabajo actual está condicionado por las limitaciones de una plantilla en cuya confección él no ha intervenido.