ORDENO Y MANDO. Raúl Procopio ha dado un vuelco a la imagen del equipo.
Cádiz C.F.

Procopio cambia el estilo

En sólo un mes, el nuevo entrenador del Cádiz ha conseguido cambiar el ambiente de un equipo donde todo era nerviosismo para darle un aire mucho más conciliador

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

De la noche a la mañana, Raúl Procopio ha cambiado el panorama del equipo y del entorno por completo. Donde antes todo era crispación, ahora es serenidad y comprensión. Los pitos se han convertido en aplausos y los aplausos en ovaciones. El viento sopla a favor y cuando incluso el equipo sufre un revés, acto seguido recibe desde la grada el aliento de unos seguidores que agradecen la entrega que han visto sobre el campo durante los 90 minutos.

La prueba de este cambio se hizo evidente el pasado domingo momentos después de caer derrotado ante el Sporting tras un partido en el que el Cádiz dio una imagen (en juego) no muy alejada de la que en su día dejaba el once de Calderón. El equipo había perdido pero pese a ello abandonó el césped ovacionado por su parroquia.

Otra actitud

Pero para que esta reconciliación se haya dado han tenido que cambiar muchos factores. Pero especialmente, uno: Raúl ha conseguido recuperar el alma de un equipo que poco le faltaba para pasearse sobre el terreno de juego con los dos antecesores (García Remón y Calderón). El trabajo ha vuelto a valorarse dentro del vestuario y desde la grada no duda en premiarse.

Pero no sólo en actitud ha cambiado el equipo que, pese a sumar el domingo su novena derrota de la temporada, volvió a encandilar a la afición.

De la mano de la actitud también ha llegado el compromiso liderado por su entrenador. Sus listas de convocados no son más que una señal de la identidad de este nuevo Cádiz, Quien no corre no juega. Esa es la premisa básica de un equipo en el que no tienen sitio jugadores del estilo de Nano o Parri, dos jugadores que han salido de la escena para dar paso a los jóvenes con hambre y ganas como Dani Fornell y Manu Barreiro. Precisamente, un gesto más de la autoridad del entrenador cadista es comprobar lo poco que le importa anteponer a canteranos a profesionales. El caso más claro es el de Gastón Casas, que lleva dos partidos viendo como el delantero gallego del filial le roba minutos que antes eran suyos.

Mejoría en el juego

El Cádiz de la presente campaña ha dado muchas vueltas. Tantas, que le he dado tiempo a regresar al 4-4-2 con que abriera la temporada Mariano García Remón aunque con notables diferencias en su puesta en práctica. En el tiempo han quedado atrás los inventos de Calderón como aquel trivote en el centro del campo o la colocación como único referente ofensivo de Nano. Pero no todo fue malo en el anterior entrenador cadista. Calderón, en el tiempo que pudo disfrutar del mejor Lobos, dio con la tecla recomponiendo al equipo con el 4-2-3-1, un sistema que pasó a mejor vida en el justo momento en el que el argentino emigró a México. A su marcha, Calderón se encomendó primero a Parri, que no estuvo al nivel, y después a Natalio, que le dio todo lo que pudo pero no lo suficiente.

Con la llegada de Raúl Procopio el equipo ha ido cambiando paulatinamente el 4-2-3-1 para convertirlo en un 4-4-2 cada vez más claro. El equilibrio ha vuelto a conseguirse a base de trabajo y sencillez y el Cádiz es, de nuevo, un rival muy difícil de batir.

Los cambios también se han dejado sentir en otra faceta donde otros años era fuente inagotable de puntos. La estrategia ha vuelto a ser un arma de primer escalafón.

Estos factores traídos por Procopio han hecho posible que el entorno del equipo haya pasado en un mes de transmitir nerviosismo al equipo a inyectarle confianza y fe en lo que se está haciendo.