Llamazares reclama valentía para salvar a IU y el PCE le pide que se vaya a su pueblo

Las aguas bajan revueltas en Izquierda Unida y así se pudo comprobar en el debate surgido ayer sábado en el consejo político de la coalición, que acordó que acordó celebrar su IX asamblea general los días 25 y 26 de octubre, fecha en la que saldrá un nuevo coordinador general.

Gaspar Llamazares reclamó «valentía» para hacer frente a la difícil situación y encarar «un proceso constituyente de la izquierda». La respuesta que recibió del secretario general del PCE, Francisco Frutos, no pudo ser más destemplada: IU se habría ahorrado «mucho sufrimiento» si Llamazares «se hubiera ido a su pueblo hace cuatro años».

Dolorido pero vivo

El ex líder de la coalición, que dimitió tras el varapalo electoral del 9 de marzo, sostuvo que el proyecto político de IU sigue «vivo», si bien «dolorido», una situación ante la que es necesario «abrirnos para mejorar y cambiar». Llamazares aclaró que su reclamada apertura no significa un cambio de orientación ideológica sino que se trata de abrirse «al conjunto de la izquierda para revitalizar el proyecto» de la formación. Incidió, sobre todo, en mejorar la interrelación con «los movimientos sociales».

Son tiempos, prosiguió, de «recomposición interna, de unidad» para «actualizar» la línea política de IU y «convocar un proceso constituyente en la izquierda». En esta línea, aconsejó que la asamblea general de la coalición de junio cuente con «foros abiertos», sin dar la espalda a «la sociedad» y con respuestas sobre lo que «se tiene que cambiar». Llamazares reclamó asimismo que esa cita congresual sea el fruto de un proceso «rigurosamente democrático», que siente los cimientos para «relanzar el proyecto político» de IU.

Admitió que los resultados electorales sumieron a la coalición en una situación «de urgencia» tanto política como económica, y señaló que la formación ha logrado algún progreso, aunque «modesto», con la formación de un grupo parlamentario con ERC en el Congreso.

Sus palabras fueron respondidas por dos pesos pesados del comunismo. Frutos responsabilizó del revés electoral a la actual dirección de IU, a la que calificó como «núcleo central del fracaso», idea en la que abundó el presidente del PCE, Felipe Alcaraz.