Norman Foster. / L. V.
CÁDIZ

Zona Franca firma el primer contrato con la empresa del arquitecto Foster para diseñar el molino eólico

Socios del estudio de arquitectura realizarán en tres meses el informe técnico El Consorcio elevará en mayo el proyecto a su consejo de administración

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La trama urbana de Cádiz que se aprecia desde varios puntos de la Bahía puede cambiar de aspecto en los próximos años si cristaliza el proyecto de Zona Franca de levantar en el recinto interior del polígono un molino eólico. El aerogenerador será un homenaje simbólico a esta energía renovable y se convertirá en otro referente de la arquitectura gaditana. El Consorcio ha dado un paso de gigante a la hora de contratar los servicios del prestigioso arquitecto Norman Foster para desarrollar el proyecto y diseñar el pirulí.

Zona Franca firmará a mediados de mayo un contrato con la empresa del arquitecto británico para realizar in situ el estudio de detalle del proyecto. El informe técnico sobre la viabilidad de esta iniciativa durará, al menos, tres meses. Se trata del paso previo para que Foster decida sobre el diseño de la torre y en este estudio irán marcadas las directrices de la obra. El siguiente paso será la firma de un contrato con el arquitecto. El delegado de Zona Franca, José de Mier, señaló a este periódico que nunca han cesado las negociaciones con el estudio de Foster. Así, en el orden del día del consejo de administración de Zona Franca de mayo irá la firma del primero de los contratos.

La iniciativa surgió en septiembre del año pasado. El objetivo era levantar entre los muelles de Ribera y Poniente, en la dársena de Zona Franca, junto al complejo náutico de Elcano, una gran torre eólica que sirviera de monumento vivo para la conmemoración del Bicentenario. La dirección del recinto fiscal tuvo claro desde el primer momento que debía ser un nuevo emblema para la Bahía como lo son las torres de Sevillana. Por esta razón se pensó para su diseño en un arquitecto de renombre con fama mundial.

Norman Foster fue el elegido, pese a las dificultades que inicialmente entrañaba su contratación. Todavía no ha dicho el sí definitivo al proyecto del diseño, pese a que será su empresa la que realice el estudio técnico.

Está previsto que el aerogenerador tenga una altura de 120 metros, de los que 80 corresponden a la estructura de la torre y el resto a la envergadura de las tres hélices. Su instalación a la entrada de Cádiz por el puente Carranza competirá en altura con el pirulí de Telefónica y con las torres de electricidad. El molino eólico podría pesar unas 60 toneladas y está previsto que su funcionamiento permita una producción de 3,5 megavatios. Detrás de la instalación del aerogenerador hay un proyecto energético. No es el primero en el que participa Zona Franca. En octubre del año pasado abrió una planta solar aprovechando las cubiertas de las naves del recinto.

Zona Franca aún no ha cuantificado la inversión y tampoco ha querido desvelar el importe que supondrá la firma de los contratos con la factoría Norman Foster. Este periódico ha podido saber que la minuta que podría cobrar el estudio de arquitectura por el proyecto es un 10% del valor de la obra, «desde luego no se trata de una tarifa habitual».

En cualquier caso, la instalación de un molino eólico en la dársena de Zona Franca forma parte de un proyecto más amplio del recinto fiscal, que llevaría a un relleno en los muelles para abrir en esa zona un embarcadero. Esta instalación deportiva generaría parte de los ingresos que servirían para sufragar la inversión que necesita el proyecto.

El arquitecto y sus socios se han caracterizado por imprimir a sus obras un marcado sello industrial. El estudio de Foster tiene oficinas en Londres, Berlín y Singapur y tiene previsto abrir una oficina en Madrid. Uno de sus últimos proyectos ha sido la creación, dentro del Campus de la Justicia de Madrid, del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y de la Audiencia Provincial de Madrid.