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Medidas urgentes

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l vicepresidente económico y ministro de Hacienda, Pedro Solbes, adelantó ayer la intención del Gobierno de acelerar la implementación de algunas medidas para hacer frente a la recesión económica que supondrán una inyección de diez mil millones en las economías familiares y empresariales. Desde Washington, donde acudió al encuentro de primavera del FMI y del Banco Mundial, el responsable económico del Gobierno incidió en un diagnóstico más apropiado para tiempos de campaña electoral que ajustado a las inquietantes señales de alarma sobre la recesión internacional y se mantuvo firme en su empeño de calificar de «excesivamente pesimistas» los pronósticos del Fondo Monetario Internacional, que sitúa el crecimiento económico para España en un 1,8%, mientras el equipo económico gubernamental se aferra a un optimista 3,1%. El contraste en la evaluación de la profundidad y extensión del enfriamiento económico entre el Gobierno de Zapatero y las agencias y servicios de estudios más representativos, intensifica la inquietud de una opinión pública que percibe en la cesta de la compra o en el incremento del coste del dinero una situación mucho menos boyante. Seis mil de los 10.000 millones de euros anunciados corresponderán a rebajas fiscales de los contribuyentes como la devolución de los 400 euros y otros cuatro mil a facilitar la financiación de las pequeñas y medianas empresas para impulsar el mercado inmobiliario lo que parece confirmar la convicción gubernamental de que el problema de la economía española es coyuntural y adolece fundamentalmente de falta de liquidez. Pero más allá del interés en hacer coincidir la formación del nuevo gobierno con rebajas fiscales, que siempre son bien recibidas por el contribuyente, el nuevo equipo de Gobierno debe comprometerse a realizar un análisis sin concesiones del estado de los diferentes sectores de la economía productiva renunciando a priori a la tentación de convertir los datos en mensajes tranquilizadores. La existencia de un colchón presupuestario para administrar periódicas inyecciones al paciente representan un dato relevante en el cuadro de la economía española pero, en modo alguno, se puede considerar la medicina necesaria para una crisis que el FMI ha calificado de «global» y cuya terapia exige acciones resueltas en todos los países miembros. El incremento imparable de la inflación y la erosión sostenida del sector de la construcción, que ha perdido en pocos meses el 30% de las agencias inmobiliarias, deben constituirse en las dos grandes prioridades del gobierno Zapatero, porque el primero reduce drásticamente la capacidad adquisitiva del consumidor y el segundo sostiene toda una cadena de empleo y consumo esencial para que no se pare el motor principal de la economía nacional.