Antonio Muñoz considera que lo mejor «es dejar las cosas tal y como están»

Antonio Muñoz no estuvo ayer en el palco del Carranza por consejo médico al estar todavía convaleciente de una operación a la que tuvo que someterse a mediados de semana. Pero desde el salón de su casa sufrió como el que más viendo el partido por la televisión.

Mucho mas relajado de lo que terminó el encuentro, atendió la llamada de este medio para mandar un mensaje (otro más) de tranquilidad cargado de sensatez y coherencia por su parte. «Creo que lo mejor es dejar las cosas como están», decía para contestar a la respuesta de si Raúl Procopio seguirá al frente del equipo hasta final de temporada. El mandatario cadista argumentaba su decisión manifestando su confianza en el entrenador de la casa y su convencimiento de que la plantilla responderá «como hoy (por ayer) ha hecho».

Partido «clave»

A falta de nueve jornadas, Muñoz prevé que con dos victorias la permanencia está asegurada y define el choque dentro de dos jornadas contra el Nàstic en Carranza como «clave» para dar por zanjada una temporada aciaga. Aprovecha la clasificación actual para demostrar que no «se puede ser ni tan optimista ni tan pesimista porque estamos a diez puntos del ascenso mientras que del descenso nos separan también una considerable cifra de siete puntos».

Para zanjar el tema de la continuidad de Raúl Procopio como encargado de dirigir al equipo hasta el final de temporada manifestó que «lo mejor es confiar en lo que tenemos y poder analizar con tranquilidad que es lo mejor para la temporada próxima y sin necesidad de hipotecarse con una decisión tomada a la ligera», acertó a decir el empresario cordobés.

Ya sobre el partido frente al Albacete comentó que «si hay que sufrir para ganar yo me apunto». Además, aprovechó para felicitar a sus jugadores por la entrega en el campo. «Lo han dado todo y han dado la imagen que no dieron en Chapín», dijo sin querer olvidar el mal trago que le hicieron pasar en el estadio vecino. Pero puesto a repartir elogios admitió que sus jugadores «han demostrado con mucha casta y hasta veces tanto ímpetu no ha venido bien en determinadas jugadas donde hemos perdido algunos balones». Aprobados en la actitud y en el juego, a medias. «Cuando fue 11 contra 11 no se hizo mal pero no se puede pedir que en una semana, y menos en esta dinámica no muy positiva, al equipo se le note un gran cambio», opinó el presidente.

Por su parte, Francisco Puig, vicepresidente y que ayer presidió el palco, felicitó al equipo y a su entrenador porque «tiene su parte de culpa en el cambio de actitud». Por enésima vez, agradeció el apoyo de la afición.