Champions League Chungui

Bueno, me guste o no me guste, la realidad es ésa, la que marca la tabla de clasificación y ella nos dice que el Cádiz va a jugar los diez últimos partidos de su competición preferida La Champions League Chungui, la pelea por el descenso, el sálvese quien pueda. Competición donde el Cádiz logro sus más grandes gestas, y por la que le viene el sobrenombre de Submarino Amarillo. Cualquiera pensaría que no hay que preocuparse, pues encontrarnos en esta situación es casi cotidiano, vamos que deberíamos estar como pez en el agua. Pero la gente no se da cuenta, o no quiere darse cuenta, que no es lo mismo, que hay un par de detalles, que hacen que esta situación sea diferente a la que estábamos acostumbrados a vivir.

El primer detalle, es que todas esas promociones a vida o muerte, el celebrar los empates como triunfos, esa agonía constante, esa pelea por sobrevivir, eran ¿¿En Primera División!! ¿¿Cojones!! Que si fallabas, que si perdías, como peor de los casos era bajar a Segunda para recuperar fuerzas y volver a la carga. Que la única vez que bajamos a Segunda B lo hicimos del tirón sin pelear. Y que como algunos recordarán la Segunda B no tiene nada, pero que nada, que ver con la Segunda. Eso es un pozo que no sé yo si el Cádiz aguantaría de nuevo. Y la verdad señores, que por más que digan que una entidad como el Cádiz con ¿¿Catorce mil abonados!! Sólo puede aspirar a estar como estamos ¿¿Apaga y vamonos!!

El otro detallito que hace diferente este submarino de aquel submarino glorioso al que todos temían en estos momentos es la plantilla. Aquellas plantillas estaban hechas para sufrir, obreros del balón con algunos toques de gran calidad. Pero sobre todo compromiso, mucho compromiso. Había gran número de jugadores de la tierra, del Cádiz, que contagiaban a los de fuera de cadismo. Casos como los de Stimac, Tilico, Dertycia, o Pepe Szendrey ponían los bellos de punta. Sólo así se puede explicar como se le pueden meter 4-0 a un Barcelona que venía a proclamarse campeón. Y que un Mejías magistral destrozó por completo. Sólo ellos eran capaces de estar en Segunda en el minuto sesenta y pico porque el Zaragoza nos ganaba 0-1 y en los treinta minutos restantes recuperar la categoría ganando por 2-1 con la aparición de un Kiko prodigioso. Éramos el submarino. Éramos el Liverpool de la Champions League de los pobres. Todos rezaban para que no le tocáramos en el sorteo de la promoción ¿¿Temibles!!

¿Y ahora? ¿Quién somos ahora? Aaaaay.... ése es el gran problema amigos. Que ni nosotros mismos sabemos quienes somos. Al Cádiz no lo conoce ni su madre. Pues un equipo que basaba su juego en la fuerza y en los cojones ¿¿Sí!! ¿¿En los cojones!! Ahora da hasta fatiga verlo. Y a los propios futbolistas les da vergüenza cuando se ven. Que con tanto declarar durante la semana que el que piense que no le ponen ganas están equivocados al llegar el domingo nos dan la razón con su actitud. Futbolistas que están más pendientes de sus renovacione, o a que equipo me voy, o me gustaría quedarme pero en Primera, vamos ¿¿Mirándose el ombligo!! Sin darse cuenta que van en picado ¿¿Qué no les duele esto, coño!! Que cada uno después se irá a donde le de la gana, y allí también le darán besitos al escudo de la camiseta ¿¿Compromiso cero!!

Me voy a tranquilizar ¿¿No puedo!! Hoy contra el Albacete, otro que está como nosotros jugando esta Champions League tan particular. Y claro como desde fuera toda esta desgana se nota vienen a ganarnos sí o sí. Todos los equipos de esta categoría ¿¿Nos han perdido el respeto!! Y desde aquí sólo hacemos empeorarlo. Diciendo cosas como que un futbolista como Morán, que aquí ni jugaba, es un auténtico crack que nos va a complicar mucho la vida ¿¿Ya está bien!! Puede ser que seamos un equipo de Segunda ¿¿Pero de los buenos!! Puede ser que jamás juguemos la verdadera Champions League, pero en ésta siempre hemos sido los mejores. Y hay que demostrarlo ¿¿Ya!! Porque además igual que el Liverpool, el Cádiz nunca caminará solo. Aunque no se lo merezcan.