VETERANOS. Los componentes del grupo Faka Crew. / LA VOZ
Sociedad

Arte urbano para mentes abiertas

El grafiti y el break dance adquieren fuerza en Cádiz al mismo tiempo que los artistas reclaman un mayor apoyo institucional

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Hay otro tipo de arte que no cuelga de las paredes de las galerías, no alimenta los fondos de los museos y no centra exposiciones por todo el mundo. Un arte que, gestado en las calles, siempre ha sobrevivido a las adversidades y, por fin hoy, gracias a las reivindicaciones de sus creadores, ha conseguido consolidarse y vencer las fuerzas más simplistas que lo han relegado a un segundo plano. Entre las manifestaciones artísticas urbanas más pujantes sobresalen dos relacionadas con la cultura hip hop, el grafiti y el break dance, disciplinas foráneas que en España han logrado adquirir características propias.

En la provincia, el break lleva practicándose desde la década de los 80 y, en la capital, muchas bandas han nacido en torno al eje de Diputación, ya que en la pequeña plaza situada a sus espaldas hay una pequeña tarima deslizante de azulejos que resulta ideal para entrenar. «Todos los breakers han empezado allí», sentencia Manuel Mariscal, componente de los extinguidos Slide To Limit, subcampeones de España entre 2001 y 2002. Este joven bailarín de 25 años compagina hoy el break con las clases de funky que imparte en un gimnasio. Por otro lado,ejerce como bailarín en festivales y conciertos de artistas como David Bisbal y Andy y Lucas.

El paso al suelo

El break o b-boying nació en Nueva York a principios de los 70, como un método para resolver disputas entre las bandas. Inicialmente, era una exhibición de bailes por turnos, de pie, sin bajar al suelo, salvo para hacer un gesto de mofa al oponente. Años después, se impusieron las acrobacias y movimientos gimnásticos. A sus 27 años, Ángel Gatica es uno de los pioneros locales, y aún hoy es campeón provincial de popping -los movimientos que se realizan arriba-, a pesar de sufrir una pequeña discapacidad. «Recuerdo cuando empecé observando a mi hermano y sus amigos; era el más pequeño y me sentaban encima de la radio», cuenta Ángel, que ahora imparte talleres en la sede de la Asociación Cardijn. Durante años, fue asiduo de los certámenes regionales y nacionales, donde llegó a competir, por ejemplo, con Sergio Alcover, el profesor de street dance del programa Fama.

Por otro lado, critica la falta de originalidad actual. «Ahora todos quieren hacer lo mismo que en el videojuego B-Boy», se queja Ángel, «por eso a mi no me gusta subir vídeos a internet, porque la gente lo que hace es copiar a otros». Este bailarín aficionado, afirma combinar juegos de magia y objetos en su baile. «Me gusta introducir paraguas, sombreros o yo-yós».

Hoy en día, la banda que más despunta en la provincia es Faka Crew, cuyos miembros son de Cádiz y El Puerto. El año pasado, el grupo quedó en el tercer puesto en la Battle of the year, uno de los concursos más prestigiosos del país. Dani, uno de sus componentes, reconoce que los jueces valoran sobre todo la originalidad, lo más «difícil de conseguir». Según este joven, «en Cádiz hay poca gente dedicada al break, y los que estamos, llevamos tiempo». Por otro lado, es crítico con el programa Fama, a bailar ya que, al promocionar y dar a conocer este baile, lo ha convertido en algo «comercial y lucrativo», alejado de sus orígenes callejeros. Este tema ha suscitado un gran debate, aunque no todo son detractores. «Le ha dado vidilla al movimiento», afirma Manu, que reconoce haber compartido escenario con Álex, uno de los concursantes del programa.

Arte o vandalismo

En el terreno del grafiti la polémica no reside en la concepción de los propios artistas, sino del resto de la sociedad; ya que un importante sector sigue sin considerarlo un arte, sino una actividad ilegal. La causa estriba en los orígenes del grafiti, más próximos al vandalismo que al universo creativo. Así pues, su primera manifestación, fueron los tags o firmas que los grafiteros plasmaban en los trenes o el mobiliario urbano para ganar fama y notoriedad. No obstante, la evolución hacia la pintura realista y la contribución de artistas como Keith Haring o Basquiat, lograron cambiar esta percepción y elevar el grafiti a la categoría de arte.

Prainz y Nerone, ambos grafiteros de El Puerto, reconocen que todos comenzaron con las pintadas ilegales, aunque ahora se afanan en conseguir que el consistorio les ceda muros donde plasmar sus creaciones. «Se debería hacer algo por el movimiento. Los únicos que nos prestan ayuda son los de Nexo Joven, que están más preocupados por los chavales de la calle», afirma Prainz, que junto a su compañero, es autor de varios murales, el último, en Crevillet. «Es un homenaje a una perra del barrio que murió hace poco y a un grupo de rap, Agresión Manada». Ambos consideran que el grafiti puede convertirse en una buena alternativa para los jóvenes, y reclaman zonas legales donde pintar. «Legalizar muros es la única forma de acabar con el vandalismo», apunta Nerone, quien también realiza diseño textil. Los dos reconocen que a raíz del último trabajo, les han salido otros proyectos, como decorar una bodega o un mural para un centro de adiestramiento de perros.

El jerezano Swing es uno de los grafiteros más reconocidos de la provincia, gracias a sus retratos hiperrealistas próximos al univeso surrealista de Dalí. Este joven ganó el certamen de la Escuela de Arte y la edición de 2004 del Programa Pintamuros -una iniciativa del ayuntamiento que pretende promover este arte urbano-. Sin embargo, pese a que Jerez es la única localidad que cuenta con un proyecto de este tipo, Swing reconoce que «siempre nos imponen una temática y lo que queremos es pintar lo que nos guste».

Patricia Coello es una de las pocas chicas que se dedican al grafiti, en su caso, no sólo con una finalidad artística sino también reivindicativa. Así, ha colaborado con la ONG Salam-paz al decorar un trailer que trasladaba alimentos al Sáhara. También, su compromiso con la asociación La Fábrika le ha llevado a decorar dos de sus paredes. Aparte de las exhibiciones puntuales que realiza por la provincia y su afán experimentador, «escribo letras para canciones llenas de críticas a la especulación inmobiliaria, el paro o la pobreza».

alenador@lavozdigital.es