Opinion

Suerte, niña

Han transcurrido algunos días desde el 9M, atrás quedó la euforia política: debates, coloquios, mítines.. etc. Unos salieron contentos, otros menos y otros como IU de ruina. El bipartidismo ha sido el triunfador y sobre todo el PSOE con Zapatero al frente. La niña de Rajoy se quedó huérfana y posiblemente la adopte Zapatero en calidad de padre político, esperemos que le dé el mismo trato que a la propia, pues está claro que las suyas vienen con un pan bajo el brazo y a ésta le espera una hipoteca fruto de sus padres, biológico y político.

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Zapatero, en su despedida, optó por la brevedad y apostó por la buena suerte una frase que sienta bien y, dicho sea de paso, falta nos va hacer para criar a esa niña, pero si nos falla tampoco hay que alarmarse, siempre nos quedará la primitiva o el cupón de la ONCE, la ilusión de todos los días o en todo caso la de los cuatro años. Ahora que estamos en tiempo de reflexión espiritual, y yo que comparto la laidicidad y la regiolisidad casi en un 50%, creo que más que suerte lo que vamos a necesitar es un milagro. Para que esa niña tenga un adecuado desarrollo, no sólo en lo social y económico, sino también en lo familiar y educacional, esperemos que el PSOE haga gala de ese apellido que tanto ondea en su estandarte político y de prioridad a las clases más necesitadas, donde posiblemente se encuentre esa niña, que al fin y al cabo lleva sus propios apellidos: obrero, socialista.

Bueno al margen de la niña y la buena suerte poco han cambiado los discursos. Ya nos los sabemos de memoria, lo estamos viviendo día a día, la cesta sube y el gasóil y las hipotecas, también escasean las guarderías y abundan los abuelos canguros, y no digamos de la política de dependencia, que es deprimente. Tal vez la solución esté en la niña de Rajoy, pero yo creo que a ésta le va a faltar algo, seguramente la suerte de Zapatero