PAN Y CIRCO

La grada

Cada vez estoy más seguro de que desde la grada se ve otro partido diferente a como lo ven en otras dependencias del Carranza. Y además, co-mo la mayoría de los habitantes de la grada, paga, y no le debe nada a nadie, en ella se dice y se escucha cosas que no se escuchan en ningún otro sitio.

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La gente ocupo la grada con la esperanza de que su equipo le diera una alegría. Que no es mucho pedir, pues con poco que se haga esta grada se entrega. Que se le diera un respiro a este temor que recorre cada asiento. Pero al llegar al descanso, las caras eran un poema. La gente que lleva toda la semana trabajando, y que va al Carranza a pasar un buen ratito, se agobia. ¿Se aburre! En cualquier partido con una frecuencia de tiempo más o menos larga, pasa algo. Pero 45 minutos sin pasar nada no lo soporta nadie. Era curioso ver la de gente que aprovechó para leer la revista del Sr. Carlos Medina, que era mejor que lo que pasaba en la hierba. ¿El Elche? La prueba de que la Segunda es más fácil de lo que parece. Un equipo, bien conjuntado y trabajado, que con algún futbolista del Cádiz estaría más arriba. La grada toca el pito, que algunos no comprenden. ¿Que graciosos! La segunda parte, un poquito más, muy poquito. Gracias a unos cambios lógicos. Y gol de Dani, pichichi le duela a quien le duela. Y en cuya celebración, a la que se sumó toda la plantilla, se demostró que todos están con él, dándole la razón, y por lo tanto quitándosela al entrenador. Después, lo de siempre, cagalera y a la trinchera. Y como es lógico, empate y gracias. Al final, la grada dicta sentencia. Una resignación peligrosa, y gritos desde la zona visitante de ¿a 2ª B! Que ponen los vellos de punta. La grada se vació con el sabor a que estamos sumergidos en una gran crisis. Que el peligro esta más cerca de lo que parece, por mucho que algunos digan lo contrario. ¿Y saben ustedes, a quien señalan como culpables de esta situación? Pues, a la grada, por no animar lo suficiente ¿Tiene cojones! Pues nada, perdonen ustedes.