Un balcón con vistas al “desmadre”

Carlos Fernández ya sabía lo que le esperaba. Cada año espera con miedo la llegada de los moteros. “Es imposible dormir, ocupan toda la calle y muchos no tienen ninguna educación”, denuncia este vecino que apenas pudo pegar ojo anoche.

Lleva más de diez años viviendo en Valdelagrana y asegura que es un paraíso poder ver la playa desde la ventana del salón. Pero esta tranquilidad se la arrebatan durante dos días que se convierten en una auténtica pesadilla.

El año pasado tuvo que llamar varias veces a la Policía Local y este año sabe que ocurrirá lo mismo. “Entiendo que dejan mucho dinero en la ciudad y que hay muchos moteros respetuosos, pero hay cosas que no se pueden tolerar”, apunta Fernández.

Según comenta, el año pasado algunos moteros llegaron incluso a subirse a algunas azoteas de los establecimientos y a romper las vallas de los edificios, por lo que este año realizó varios escritos al Ayuntamiento solicitando el aumento de seguridad en la zona