«Los rockeros también comemos acelgas y paseamos con nuestros niños»

Franco, sincero, cordial y alegre, Ibón Sagama (Hernani, Guipúzcoa, 1973) no es el típico enfant terrible de la música, reservado, maldito y altivo. Y tendría motivos para creérselo, porque hace seis años cumplió un sueño al convertirse en el batería de Barricada y ponerle ritmo a la banda sonora de su infancia y adolescencia. En los conciertos, el mítico Drogas pasó de estar dos metros por encima de su cabeza a tocar delante de él. Hoy Ibi estará con los demás Barricada en el parque González Hontoria de Jerez, y compartirán noche con Rosendo con aura de dos leyendas de la música española.

-¿Le impone el público motero de esta noche?

-No son tan duros -se ríe-. pasa como en lo nuestro. Lo de sexo, drogas y rock&roll es mentira. Los rockeros también comemos acelgas, paseamos por las mañanas con nuestros niños y hacemos planes los fines de semana.

-Es batería de Barricada desde hace seis años pero los escucha desde...

-Desde que era un crío. He mamado Barricada desde que era un enano y mi hermano me lo metía a embudo. He estado en sus conciertos... En San Sebastián, hace muchos años.

-¿Cómo fue el paso de admirador a integrante?

-Pues entré por la salida de Fernando Coronado. Él mismo me llamó, porque habíamos estado juntos un par de años en In Vitro. Se me hizo difícil de digerir. Yo siempre lo había visto desde fuera y de pronto estar tocando No hay tregua fue todo una experiencia, aunque costó asimilarlo.

-¿Ha evolucionado mucho el grupo en un cuarto de siglo?

-Siempre evoluciona. Más sabe el diablo por viejo que por diablo y se aprende mucho. Pero evoluciona para bien.

-¿Siguen vigentes las letras?

-Siguen siendo de actualidad. Por ejemplo, Obsesión habla del maltrato y tiene 12 años. Ahora ves las noticias, el teléfono del 016... Todo sigue igual.

-¿Con qué tema se queda?

-Amor caliente, No hay tregua, Obsesión... Hay muchos.

-¿Se retirará algún día Barricada?

-Algún día, pero todavía nos queda cuerda para rato.

-¿Por qué no se hace caso a los baterías?

-No lo sé. Yo no le doy importancia a eso. Hoy tenemos cada vez más peso. Estar atrás tiene un valor muy importante porque de ti depende que se sientan a gusto delante. Para que den la cara delante, detrás hay que estar en su sitio.

-¿Qué le parece la piratería y la lucha de la SGAE?

-Es difícil posicionarse. Hace 20 años nos pasábamos las cintas y las copiábamos mil veces. Claro, que ahora es más fácil. Pero las que pierden realmente pasta son las discográficas. Nosotros vivimos de los conciertos y eso no se puede piratear. El calor, la gente... Lo que hay que hacer es cambiar la música con los nuevos medios porque al CD le quedan dos telediarios. Vendrá internet, la web... Yo qué se.

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