CRÍTICA DE TV

Noria

No puede quedar sin comentario el varapalo judicial a La Noria, el programa de Jordi González, por haber manipulado las declaraciones de una ciudadana. La ciudadana en cuestión se llama Carmen Flores y es presidenta de la asociación Defensor del Paciente, dedicada a denunciar negligencias médicas. La Noria había solicitado unas declaraciones de esta mujer en relación con el caso Montes, ese asunto de supuesta mala praxis en un hospital de Madrid que fue rápidamente politizado. Carmen Flores estaba entre los que denunciaron a Montes, pero La Nori presentó las declaraciones de esta mujer de tal manera que parecía lo contrario. Durante la emisión del programa, Carmen Flores envió reiterados SMS que fueron censurados por el programa. Ella acudió a los tribunales.

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Ahora el juzgado de primera instancia número 59 de Madrid ha respaldado a Carmen Flores y ha condenado a La Noria a rectificar y a emitir la entrevista sin manipulaciones. Es un caso extremadamente grave. Que los tribunales propinen un coscorrón a los canales por propasarse en la información es algo bastante frecuente: uno empieza a tirar de un hilo, lo sigue hasta donde puede y, por el camino, le pisa al objeto el derecho al honor o a la intimidad; el objeto se querella y a ti te cae un multazo. Es justo que así sea, pero seríamos hipócritas si no reconociéramos que, de puertas adentro de la Redacción, eso se considera un mero gaje del oficio, algo que va en la propia profesión; es una infracción, sin duda, pero no un pecado y, en cualquier caso, inspira cierta indulgencia (profesional) y no acarrea una excesiva pérdida de prestigio (incluso puede ocurrir al contrario).

Pero esto de La Noria es distinto: aquí no es que a alguien se le haya ido la mano en la búsqueda de una historia que contar, sino que, deliberadamente, se ha alterado el testimonio de una persona, se han manipulado sus palabras para hacerle decir lo contrario de lo que ha dicho. Todo eso, además, en un asunto de implicaciones políticas evidentes, lo cual hace bastante transparente la intención del manipulador. Yo no sé qué harán La Noria y Telecinco con este fregado. De momento, ni el programa ni la cadena se han puesto en contacto con la afectada para ofrecerle nada que se parezca vagamente a una disculpa; al revés, los ofensores han dispensado a la víctima una indiferencia rayana con el desprecio. Pero lo razonable sería que Telecinco acatara la sentencia, que La Noria emitiera la entrevista completa tal y como el Tribunal ha mandado, y que cadena y programa se disculparan con la agredida, que es Carmen Flores. Todo lo que no sea eso, será impresentable.