PEQUEÑO. Una usuaria sostiene un chip de consola. / LA VOZ
Sociedad

La Audiencia Provincial de Valencia dicta que instalar chips en las consolas es legal

La sentencia sentará precedentes, ya que una de cada dos Playstation que hay en los hogares españoles está 'modificada'

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La Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento (Adese) se llevó ayer un jarro de agua fría. La Audiencia Provincial de Valencia dictaminaba que la instalación de chips en las consolas era un práctica legal y que no se incurría en ningún delito. Esta sentencia, pionera en España, puede sentar precedentes ya que nunca una Audiencia Provincial se había pronunciado al respecto sobre esta práctica.

«Se sabe que la modificación de consolas es una práctica habitual. De cada dos PlayStation que hay en los hogares españoles una está modificada. Pero depende del usuario final el uso que se haga de esta modificación», explicaba ayer a Carlos Sánchez Almeida, abogado defensor del caso.

Hechos juzgados

Los hechos se remontan hace ahora poco más de un año cuando los agentes de la Policía Municipal de Valencia se presentaron en la tienda ChipSpain para hacer un inspección rutinaria. Acudieron acompañados de un perito que indicaba a los agentes de qué piezas debían incautarse. «Se llevaron cerca de 100 consolas PlayStation y unos cuentos chips. De estas consolas, 90 eran para reparar, las otras diez para instalar el chip», explicaba ayer Restituto Clemente, propietario del establecimiento.

El texto explica que el artículo 270-3 del Código Penal dictamina que se castiga a «quien fabrique, importe, ponga en circulación o tenga cualquier medio específicamente destinado a facilitar la supresión no autorizada o la neutralización de cualquier dispositivo técnico que se haya utilizado para proteger programa de ordenador o cualquiera de las obras, interpretaciones o ejecuciones en los términos previstos en el apartado 1 de este artículo».

Asimismo y tras las pruebas periciales correspondientes -continúa la sentencia- «se ha acredita que los chips que se instalan en las consolas pueden servir, desde luego, como dispositivos tendente a desprotegerlas para utilizar copias de juegos, pero también para permitir la ejecución de juegos originales de otras zonas y para convertir la consola en un ordenador personal para realizar tareas totalmente lícitas como manejo de fotografías, ejecutar juegos de libre distribución no diseñados para la consolas o escuchar música».