opinión

Somos Doscientos Mil | Bueno para Jerez

Lamento no poder evitarlo, pues aunque me gustaría dedicar estas líneas al canto de las aves o al sonoro fluir de un riachuelo, deberán comprender queridos lectores que, finalizada la larga campaña electoral, pasada la luctuosa jornada de reflexión y, superado el día de votaciones al que han seguido todo tipo de comentarios, análisis, tertulias, opiniones, valoraciones de datos, etcétera, etcétera, deba aportar mi granito de arena con relación a estas elecciones generales y autonómicas.

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Y debo hacerlo para coincidir plenamente con la Alcaldesa de mi pueblo en lo beneficioso que son los resultados electorales para esta ciudad. Pilar Sánchez afirmó -sin temor a equivocarse- que: «todos los grandes proyectos de esta ciudad comprometidos con Manuel Chaves y con José Luís Rodríguez Zapatero se harán realidad en esta legislatura»; añadiendo nuestra máxima mandataria, «que lo que ha quedado clarísimo es que ha ganado Jerez, porque vamos a contar con el apoyo de un Gobierno socialista en Madrid y otro en Sevilla que nos van a ayudar para que todos los proyectos salgan adelante».

Evidentemente no se trata de cuestiones políticas o de insolidaridad con aquellas poblaciones en las que gobiernan partidos políticos de distinto signo al que lo hace en Jerez y ha vencido en España y Andalucía, pero es fácil entender que, tras más de dos décadas en que Jerez ha estado aislada (por suerte o por desgracia nuestro ínclito ex alcalde nunca gozó de las simpatías de los gobernantes del país o de la comunidad), le ha llegado el turno a Jerez. Pilar Sánchez tiene una oportunidad única y tal vez histórica para demostrar que Jerez debe ocupar el sitio que merece como principal ciudad de la provincia de Cádiz y quinta ciudad de Andalucía

Hay importantísimos proyectos que nunca han terminado de estar suficientemente dotados; la ciudad del flamenco; el desdoble de la carretera nacional IV entre Dos Hermanas y Jerez; la ronda sur; el ingreso de la Junta de Andalucía en el accionariado del circuito; la prolongación de la línea del tren de alta velocidad entre Sevilla y Cádiz (aunque el tren no deba parar en todas aquellas ciudades a las que los políticos lo han prometido); la creación de una nueva sede para los juzgados jerezanos -llámese Palacio de Justicia; llámese Ciudad de la Justicia- y, por encima de todos, el gran proyecto que debe tener esta ciudad de forma inmediata, que no es otro más que el del pleno empleo. Las cifras de paro que soporta Jerez, con más de dieciocho mil parados, son tan escandalosas que coincidirán conmigo en preferir cien veces el pleno empleo, antes que el tren a toda velocidad circulando por nuestras chulas vías elevadas, o antes de que nuestros flamencos cuenten con su propia ciudad.

En definitiva de lo que se trata, es de que en breve comencemos a ver desfilar por esta ciudad a cuantos ministros y consejeros sean precisos, cada uno con su respectivo talonario bajo el brazo, de forma que saquemos a Jerez del ostracismo en que tradicionalmente ha venido estando inmersa. Es la primera vez que Jerez inicia una legislatura con el mismo partido político anclado en las tres instituciones: Ayuntamiento, Junta y Gobierno de la Nación, y oportunidades como estas muchas veces sólo ocurren una vez en la vida, y no deben ser desperdiciadas.

Debo finalizar estas líneas con mi más profusa felicitación al PSOE por su victoria sin paliativos, y al PP por su importante ascenso. Siempre nos quedará la pena de que en Andalucía se desmorone la opción nacionalista, que quizás hace años que dejó de existir. Las urnas han vuelto a demostrar que, aunque este país esté optando de manera más que evidente por el bipartidismo, en el fondo a lo que todos aspiramos es a vivir en paz y llegar a fin de mes con las menores incomodidades posibles.

Mi última felicitación es para Jerez y para los jerezanos, pues considero que con la actual Alcaldesa y un equipo de gobierno en mayoría absoluta, las urnas han dado a Jerez el respaldo que esta ciudad necesita y a la vez merece. No obstante sean conscientes de que columnistas como el aquí firmante, no dudaremos en reivindicar el bienestar para esta ciudad cuantas veces sea menester, así como en denunciar cualquier desviación. Comprendan que con tanto poder acumulado, embriagarse con él resulta demasiado fácil.