Pan y Circo | Impotencia

emos de reconocer que, a pesar de que la temporada sigue avanzando inexorablemente y aunque se han adoptado las medidas más demandadas por los críticos, el horizonte de expectativas sigue siendo tan cerrado como al principio. Es cierto que han cambiado de entrenador y han fichado jugadores importantes, pero la situación del Cádiz sigue siendo idéntica a la del comienzo. Por eso hemos llegado a la triste conclusión de que lo que hizo el domingo pasado el equipo amarillo fue ratificar las impresiones de impotencia que nos ha producido desde el comienzo de esta temporada. La inclusión de Julián de la Cuesta en la defensa, de Parri en la medular, de Natalio en la media punta, de Gustavo López y Kosowski en los extremos y de Bangoura como delantero referente no ha aumentado la capacidad del equipo para romper las defensas contrarias, para mantener las ventajas en el marcador o para superar los resultados adversos. Todos los periodistas han seguido repitiendo los mismos juicios críticos sobre la necesidad de hacer cambios pero, cuando éstos se han producido, tampoco se han obtenido los efectos deseados. Los futbolistas insisten en que hay que seguir trabajando pero, al final, el equipo continúa en el mismo puesto de la clasificación. El entrenador mantiene su confianza de que, cuando se produzcan tres victorias consecutivas, cambiará la trayectoria pero esos triunfos no se obtienen. Lo más alarmante a mi juicio es que, de manera imparable, las ilusiones y las esperanzas de los aficionados se siguen desinflando. Ahora, según las declaraciones de los mismos profesionales, la meta es alcanzar la cifra de cincuenta puntos, pero creo que éste es ya el momento adecuado de preguntarnos cuántos partidos han de empatar para sumar esa cantidad. ¿Dónde radica la clave de esta decepción? Les pido, por favor, que en esta ocasión, no insistamos en el socorrido recurso del infortunio. ¿Quién se ha equivocado? ¿Dónde están los errores?

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