CELEBRACIÓN. Manu Barreiro anotó el segundo para los amarillos de falta directa. / NURIA REINA
MÁS FÚTBOL

Importante triunfo del Cádiz B ante el Ayamonte que rompe la mala racha

Julio y Manu Barreiro adelantan a los amarillos y Toboso marra un penalti Nelson acorta distancias en el 46'

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Por fin. El Cádiz B suspira de alivio. Tras una mala racha de resultados, los de Raúl Procopio suman de tres en tres. Y lo hacen mostrando, de nuevo, dos caras diametralmente opuestas.

En la primera parte salieron los de amarillo a comerse al Ayamonte. No se llevaban ni diez segundos disputados cuando Julio, de sensacional derechazo, obligaba a Rosas a estirarse. A los seis minutos, Nico -como si de una motocicleta de gran cilindrada se tratase- buscó la línea de fondo y puso un balón que Dani Fornell, emulando a Ronaldinho ante el Atlético, remataba a la media chilena, pero en esta ocasión se marchaba alta. Los onubenses, por contra, se dedicaban a capear el temporal. La primera aproximación fue un cabezazo de J. Barba a centro de M. Barba que se coló dentro de la portería de David pero el tanto fue invalidado por fuera de juego.

Era un abismo a todo un dominio gaditano que fructificó con dos goles en tres minutos. El primero lo metió Julio al recibir un balón en el área pequeña tras un saque de esquina botado por Nico. Era el minuto 21. Tres más tarde, Manu Barreiro lanzaba una falta desde 30 metros que se colaba de forma directa.

La puntilla pudo llegar con un penalti por manos del ex defensa del San Fernando Nacho Cabet. Toboso la pidió y la tiró de la peor manera posible, es decir, al centro, rasa y sin fuerza. Rosas se encontró un regalo que a la postre pudo haber tenido mucho valor.

Con la reanudación llegaba la habitual pájara gaditana. Nelson acortaba distancias tras cabecear una falta botada por Fariñas nada más comenzar. El gol trajo los nervios y metió en el partido a un conjunto de Manolo Toledano que sólo inquietó a balón parado. Veinticinco minutos de caraja que se arreglaron con un final en el que Bienve desde su campo y Germán, al palo, pudieron dar la sentencia.