FANTASÍA. Robinho celebra uno de los dos goles que le marcó al Recreativo de Huelva.
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El efecto Robinho

El formidable regreso del brasileño coincide con una nueva lesión de Robben y una recaída del Ruud van Nistelrooy, máximo goleador madridista

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La llegada de Robinho no ha podido ser en un momento más propicio. Desde que sufrió una rotura de fibras en el abdomen, una lesión extraña para un futbolista, su equipo se había hundido.

El Madrid cayó en el bache que pasan todos los equipos durante una temporada en el momento en que perdió al extremo brasileño y después de meter la mayor goleada del curso al Valladolid en el estadio Santiago Bernabéu. La recuperación de Robinho ha sido primordial. Marcó dos goles decisivos en Huelva y volverá a su banda izquierda de inmediato porque Schuster se ha vuelto a quedar sin bandas para el decisivo partido contra el Roma.

Además de los tres puntos y de ampliar la brecha con el Barcelona, el Madrid salió tocado del Nuevo Colombino. Drenthe acabó el partido con una contusión en el cuádriceps del muslo derecho, mientras que Robben se fue al banquillo con el tobillo maltrecho por la dura entrada que le hizo Quique Álvarez hacia la mitad de la segunda parte.

A falta de más pruebas médicas que concreten el periodo de baja, el extremo sufre un fuerte esquince que le hace ser baja para el miércoles. Por su parte, el ex jugador del Feyenoord es factible que se recupere para la competición europea.

Con estas ausencias, la vuelta de Robinho se hace vital para Schuster por su capacidad goleadora y su rapidez por la banda. Ha marcado 10 goles en Liga (2 de cabeza y 8 con el pie derecho) y 4 goles en 5 partidos de Champions. Forma junto a Raúl (12 en Liga y 4 en Copa de Europa) y Ruud van Nistelrooy (también 12 y 4) el tridente más incisivo del técnico alemán, que también espera que el delantero holandés se recupere cuanto antes.

Van Nistelrooy sigue con muchos problemas en el tobillo derecho. El delantero no ha entrenado durante toda la semana. Ha estado en manos de los fisioterapeutas, metido en la piscina para fortalecer esa zona, maltrecha desde hace años. Su participación es vital para Schuster, que no confía en exceso en el resto de los delanteros. Ni Saviola, Higuaín y el inédito Soldado han demostrado su afamada capacidad anotadora, una virtud muy necesitada en el equipo blanco en los últimos partidos.