VÍCTIMAS. La hermana de un militar turco muerto en la ofensiva en el norte de Irak se aferra entre lágrimas al ataúd. / AFP
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EE UU insta a Ankara a concluir su ofensiva contra el PKK kurdo en Irak

El mando militar de la guerrilla hace un llamamiento a la insurrección de sus seguidores residentes en territorio turco

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El Ejército turco cumplió ayer el cuarto día de ofensiva en el norte de Irak contra los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y las alarmas parecen haber saltado en el Pentágono que confiaba en que la campaña militar hubiera sido corta, precisa y sin la pérdida de vidas inocentes. Así, el secretario de Defensa de EE UU, Robert Gates, instó a Turquía a que retire sus soldados de la zona «lo antes posible, tan pronto como hayan cumplido su misión». En cualquier caso, reconoce que Washington está proporcionando datos al Ejército otomano para contribuir al éxito de la operación.

Gates considera que el ataque no resolverá los problemas de Ankara con los rebeldes separatistas. Explicó que «la experiencia de Irak y Afganistán» le permite saber que el problema terrorista se debe solucionar con «iniciativas políticas y económicas» para conocer las preocupaciones de los kurdos «conciliables», ganarse su lealtad y eliminar cualquier base popular existente que apoye las actividades terroristas del PKK.

Bagdad también ha mostrado su inquietud acerca de la operación e instado a Ankara a emprender negociaciones para resolver la crisis. En un comunicado oficial, el Gobierno iraquí «considera que la acción unilateral del Ejército turco supone una amenaza a la estabilidad de la región y una violación de la soberanía de Irak».

Turquía lanzó el jueves una gran operación contra los rebeldes kurdos en el norte de Irak. El PKK, que lucha por la independencia del Kurdistán -región que se extiende entre el sur de Turquía y el norte de Irak- y es considerado un grupo terrorista tanto por la UE como por EE UU, lleva años atacando intereses turcos, sobre todo en suelo otomano. En los últimos meses, Ankara ha concentrado su lucha contra los insurgentes en la zona montañosa fronteriza con Irak, donde se refugian los milicianos kurdos. A finales del año pasado, el Parlamento turco dio permiso al Gobierno para hostigar a la guerrilla en territorio iraquí y, tras semanas de ataques aéreos y pequeñas incursiones, el jueves lanzó una gran ofensiva terrestre, con unos 10.000 soldados.

En los cuatro días que duran los combates, el Ejército turco afirma haber acabado con la vida de 112 rebeldes kurdos, incluidos algunos altos mandos, por tan sólo 15 bajas propias. Sólo en los combates de ayer, según las cifras del mando militar otomano, 33 milicianos resultaron muertos, además de ocho soldados turcos. Además, admite haber perdido uno de sus helicópteros de combate, que los rebeldes dicen haber derribado. Ankara sólo reconoce que uno de sus aparatos ha sido destruido, sin dar la causa.

Mientras, un alto mando de la guerrilla hizo un llamamiento a los kurdos que viven en Turquía para que se levanten contra las autoridades de Ankara en protesta contra la operación militar y contra la represión turca. «Si quieren destruirnos, nuestros jóvenes deben hacer inhabitables las ciudades de Turquía», proclamó Bahoz Erdal, jefe del ala militar del PKK. «Las guerrillas del Kurdistán no tienen 7.000 o 10.000 efectivos, sino cientos de miles, están por todas partes, en todas las ciudades turcas. Un par de jóvenes, por ejemplo, podrían incendiar cientos de coches», dice Erdal en un comunicado.