CÁDIZ

Una chorizada

No pensaba escribir esta semana de política pero ¿y de qué hablo, si mucho antes de que empezara la campaña de forma oficial ya no había otro tema en la agenda de los políticos! Por fin el jueves comenzó la cuenta atrás para el nueve de marzo y los partidos poderosos eligieron la «pegada virtual», un método vía web que para explicárselo a mi madre he tenido que recurrir a mi hija. La modernidad tecnológica no es apta para determinadas edades, y esos también votan. En fin, lo que echo de menos en los actos electorales y mítines son aquellas grandes banderolas de tela, que servían incluso de servilleta para después del bocadillo. Daban color y ambiente, aunque el escenario elegido fuese una nave que se caía a cachos. Y las pancartas esas que decían: «¿Felipe, queremos un hijo tuyo!», aguantada por unas señoras con el capullo rojo prendido en la solapa de su traje de domingo. La crisis ahora ya no da ni para claveles y parece ser que ni para banderolas que animen al personal, y eso en cámara se nota. Pasó el otro día en el acto de presentación de campaña del PSOE en el hotel Atlántico de Cádiz, ni la banderita de la Cruz Roja ondeó, y eso que hubo gente de aquella época de Felipe González dispuesta a menear lo que fuera. Dicen que hoy en día lo virtual y la imagen hay que cuidarla. Quizás fue un olvido, como el que hizo que la candidata al Parlamento de Andalucía, Bibiana Aido, se enterara sólo minutos antes de iniciarse el acto que debía presentarlo. Al menos, en el guión no venía. He de reconocer que me sorprendió. Hacía tiempo que no la escuchaba hablar en público y lo cierto es que tiene tablas de política y de mujer, plantarse sin papeles por delante y no hacerse un lío. Una buena lección para más de un compañero de partido. Dio la talla y el toque femenino a un acto que, de otra forma, sólo hubiera estado protagonizado por hombres. Estas situaciones dejan de manifiesto que queda mucho para la paridad y no digamos para la conciliación familiar, pero éste es un tema virtual del que hablaré otra semana. Hay que dedicarle tiempo, primero para que los políticos se aclaren sobre lo que quieren vender con esta ley que, de momento, solo tiene horario de ocho a tres y es exclusiva de los funcionarios.

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No sé a quién del PP se le habrá ocurrido organizarle a Teófila Martínez una visita a la chorizada de Ubrique, pero tiene que ser alguien que no ha medido el juego que puede dar el nombre de ese acto gastronómico en campaña. Y menos mal que ha pasado el Carnaval, al menos en los de Cádiz. A los comentarios más obscenos, que no voy a repetir -para eso está la imaginación- hay que unir los más perversos: «La chorizada del PP» o «El chorizo popular» y otros con tintes más que guasones. Podrían haber organizado una cosa más fina, porque no me imagino yo a la alcaldesa de Cádiz y número uno al Congreso de Cádiz comiéndose un bocadillo de chorizo y cayéndole la pringue por la comisura de los labios. En fin, todo vale en campaña.