TRES MIL AÑOS Y UN DÍA

Cádiz, en las primarias

El istoletazo de salida de las próximas elecciones no tendrá lugar en Cádiz por azar. No es casual que a partir de las cero horas del próximo 22 de febrero, Mariano Rajoy y Teófila Martínez peguen carteles del Partido Popular por las calles gaditanas a pique de cruzarse con Manuel Chaves y Alfredo Pérez Rubalcaba que harán lo propio con los pasquines del PSOE. Ni que Rosa Díez reúna a los simpatizantes del flamante partido Unión, Progreso y Democracia --entre ellos, la también ex socialista linense Juana Lasry-- en el Palacio de Congresos.

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No se trata de rendirle homenaje a la Constitución de 1812, que también. Sino de poner toda la carne en el asador para arrimar a sus respéctivas sardinas electorales el ascua del escaño que se encuentra en el aire y que las dos grandes formaciones se disputan. Tampoco hay que olvidar otra clave y es que si se confirman las encuestas y los andalucistas se desploman el próximo 9 de marzo --algo que está por ver todavía--, los restos de sus votos se repartirían entre ambas formaciones y la abstención. Hay quien dice que los sufragios del PSA se escorarían hacia el PSOE y los del PA hacia el PP. Y ambas siglas tuvieron sobrada presencia en las urnas de esta provincia, especialmente en Jerez y en Algeciras, dos importantísimos graneros de votos.

Con todo, la flamante Coalición Andalucista no da la batalla por perdida y tanto Julián Alvárez como el isleño Manuel Prado acaban de pasearse por la provincia presentando su programa en materia educativa. Y, para colmo, el hale-hop más difícil todavía de la reaparición de Pacheco apoyando a Julián Álvarez que históricamente estuvo en la escudería de su rival Alejandro Rojas-Marcos. Pero ambos hacen ahora lo correcto: de perdidos, al río.

Izquierda Unida no sólo prepara una batería de reuniones sectoriales, por aquí y por allá: el candidato gaditano de Izquierda Unida, Ignacio García, estará el día 22 en Algeciras repartiendo carnets de «rojos», como la propia coalición proclama. Y le acompañará Javier Mohedano, concejal por Tarifa y secretario provincial del PCE. A ambos les reprochan a escala interna que la provincia de Cádiz no participara de los enfrentamientos levantiscos internos que marcaron a la coalición, a escala estatal, durante sus primarias. De sobrevivir IU a esta selectividad del 9 de marzo, los resultados de Cádiz y Sevilla -cuya candidatura encabeza el polémico alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo- serían fundamentales a la hora de dilucidar qué va a ocurrir en el seno de la coalición y hacia donde se escorará la estrategia futura de la misma.

El Partido Popular le tiene especial cariño a Cádiz y a su alcaldesa que ahora tendrá que compaginar su presencia en San Juan de Dios con la Carrera de San Jerónimo. Los conservadores ya iniciaron en la capital gaditana, sin demasiado éxito dicho sea de paso, su campaña contra el nuevo estatuto de Cataluña. Y, más allá del chupinazo de salida de la campaña, prometen un desembarco masivo en Cádiz de sus principales referentes.

Entre tanto y al margen de los mitines, Alfredo Pérez Rubalcaba apostará también por las distancias cortas y, desde luego, centrará buena parte de su campaña en Cádiz, en las antípodas peninsulares de su Cantabria natal y de donde fue diputado en el último periodo legislativo. Y por mucho que José Guerrero, secretario general de los socialistas cántabros, dijera hace un par de semanas en Santander que el ministro del Interior vendría a ser «el sexto diputado por Cantabria», Rubalcaba parece tan imbuido de gaditanismo que un conocido artista de la tierra tuvo que aconsejarle esta misma semana: «Tú no serás del todo diputado por Cádiz hasta que le digas a Rajoy 'picha mía, no seas sieso». El PSOE estudia volver a traer a la capital durante estos días al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que iniciará su campaña en León. El mitin de Zapatero en Algeciras, el sábado 9 de febrero, constituyó todo un éxito de participación: «ZP hoy ha olido a Obama», se felicitaba el candidato Rafael Román ante sus amigos.

Lejos de toda esta vorágine en el estado norteamericano de Virginia, el escritor gaditano Germán Patricio se sorprendió en la facultad donde imparte clases por la presencia de Hillary Clinton: «La verdad que me sorprendió gratamente ver chavales interesados en política, después de tantos años, y sea la política que sea. Obama ya había estado aquí hace un par de meses y uno de mis profesores cenó con él... vamos, que pagó cinco mil dólares por asistir a una cena de 500 personas y hacerse una foto con él en su propio teléfono móvil. Pues no convenció mucho la Clinton; hoy la gente en la calle decía que era una pesada, y que es muy falsa...

Y ahora que ya han cerrado los colegios pongo la radio y dicen que en Virginia ha ganado este chavea con cara de niño de posguerra. Me cae muy bien... aunque de todos los demócratas era el más tibio en el tema de la sanidad pública, que aquí no existe. A mí me interesa poder operarme un día de la próstata si me hace falta, gratis, claro, y no sé si lo mismo éste se tira 8 años... luego viene su hijo y 8 años más... bueno, todo es posible. Eso sí: en los casi 5 años que me he tirado en EEUU, jamás había visto a la gente tan ilusionada y tan apasionada en política. Claro que yo no estaba cuando salió Kennedy», escribe Patricio desde el huracán de las primarias. Aquí, en su tierra natal, ya vamos por las secundarias.