Cartas

Hipocresía política

Me crié frente a un colegio de pago, pero tuve que desplazarme a tres kilómetros de mi casa para poder tener acceso a un centro público. La cosa en aquel entonces era complicada a la hora de elegir, y más si era de pago o burgués-religioso; así que fui a parar al colegio de Arbolí, célebre por aquello de la Tía Norica. En los colegios públicos la carrera estudiantil era corta, todo lo más los Estudios Primarios. Los institutos estaban reservados básicamente a las clases medias e influyentes de entonces. Personalmente, no me puedo quejar, tuve buenos maestros y mejores compañeros. Durante aquella época (1957-1961), coincidí con compañeros muy listos que hubieran conseguido lo que desearan si hubieran tenido una oportunidad. Gente humilde pero talentosa que no pudo desarrollar aquel caudal de inteligencia, acabaron como otros muchos, siendo solamente buenos profesionales de oficio. Nuestros contemporáneos políticos en su gran mayoría sí tuvieron la oportunidad de estudiar en buenos centros burgueses-religiosos, reservados a las clases medias privilegiadas, además de ser becarios. Mientras ellos estudiaban bachiller y reválida en institutos burgueses-religiosos, los hijos de los currantes con 14 años ya nos buscábamos las papas: pinche, botones, repartidor de butano...; cuando ellos iban a la universidad y se tiraban el moco, nosotros nos esforzábamos por aprender un oficio mal pagado; mientras ellos se ponían medallas políticamente o se enriquecían con descaro, nosotros luchábamos en los tajos, en las manifestaciones, en los sindicatos, en defensa de la democracia y de las clases obreras. Ahora las cosas han cambiado. Todos pueden tener acceso a cualquier colegio sea religioso, privado y -por supuesto- público; también todo aquel que esté capacitado puede estudiar bachiller e incluso ir a la universidad, además de tener derecho a beca... La situación ha cambiado y la verdad es que para mejor; ahora tenemos peones con bachiller, guardas jurados con grado superior y administrativos con carreras superiores. Hoy estos antiguos alumnos burgueses-religiosos son rebeldes, no aceptan las normas de sus antiguos profesores, han madurado laicamente, aunque no les importa que sus hijos estudien al igual que ellos en los colegios burgueses-religiosos.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Manuel J. Redruello. San Fernando