CONCENTRADOS. Lorenzo Buenaventura, junto a Antonio Calderón, da unas explicaciones al equipo en un entrenamiento. / ROMÁN RÍOS
Cádiz C.F.

Salir de dudas

Salamanca, tierra idónea para que el Cádiz decida qué es lo que quiere hacer esta temporada: ascenso, tierra de nadie o descenso Las entradas de Rivas y Casas, principales dudas de Antonio Calderón

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Carne o pescado. Playa o montaña. Ciencias o letras. La vida es un continuo debate. Puedes marear la perdiz, retrasar el momento. Pero al final hay que decidir. Hoy es el día.

El Cádiz debe elegir qué desea hacer con su futuro. Han sido muchos meses de incertidumbre, y el aficionado no aguanta más. No habrá más demora. Salamanca es la tierra perfecta para salir de dudas, para despejar todas las incógnitas. Cuna del saber, madre de la cultura, la capital charra someterá a los de Calderón a un duro examen, y los amarillos tienen bien aprendida la lección.

Si de verdad quieren el ascenso, no vale con el cinco raspado. El conjunto gaditano tiene que sacar nota en El Helmántico, tres puntos que permitan superar la reválida y les lleve a pelear por cotas mayores. Todo lo que no sea una victoria atrás supondría un nuevo paso atrás casi definitivo. El pasado sábado quedó amortiguado por los pinchazos de los demás rivales, pero no todos los días son 6 de enero.

Sólo vale la victoria

Un empate o una derrota sería un billete para la mediocridad, para esa tierra de nadie que al menor descuido te conduce a los polos calientes del descenso.

Dudas tienen los aficionados, y dudas tienen los propios futbolistas, que desconocen el equipo que saltará esta tarde al verde salmantino. Hasta el propio entrenador reconoce que no lo tiene del todo claro.

Dos zonas centran la atención. En la medular cabe cualquier tipo de especulación, aunque Bezares es quien sale más perjudicado. Fleurquin, Miguel y Rivas parten con las mismas opciones, con la leve lesión del charrúa jugando en su contra. Además, el Salamanca no presume de centímetros, por lo que no sería de extrañar un doble pivote firmado por los dos manchegos.

Arriba, la duda está en conocer quién acompaña al intocable Natalio. Dani falló demasiado ante el Tenerife, Bangoura está falto de ritmo y Casas se convirtió el pasado sábado en el cuarto delantero, jugando menos de diez minutos. La pelea estará entre el trianero y el argentino, pero el guineano seguro que dispone de muchos minutos.

Incógnitas

El Salamanca, gran casualidad, mantiene las incógnitas en los mismos puestos. Las bajas de Jurado y Acuña obligan al entrenador a realizar cambios en un bloque que se ha consolidado tras un pésimo inicio. El jerezano Bruno, canterano sevillista y ex del Murcia, es la mejor alternativa para acompañar en el centro del campo a Jorge Alonso.

En la delantera, Diego Torres es la apuesta de Juan Ignacio Martínez para encontrar la senda de gol. Y es que los dos equipos necesitarán un GPS para topar con la portería, tan esquiva durante toda la temporada.

No la ha encontrado Acuña, que sigue acumulando minutos en Segunda pero que hoy verá el encuentro desde la grada por mor de una cláusula cobarde y comprensible.

Los conjuntos cuentan con los mismos puntos y sus trayectorias son similares, lejos de la guadaña del descenso. Pero la tranquilidad no predomina en ninguna orilla. En un club hay problemas económicos, pero es que el otro está muy cerca de la desaparición. 85 años de una historia que parece estar escribiendo su último capítulo. De ahí que la afición, concienciada, acuda a El Helmántico para acompañar a su equipo en tan dramático trance.

La salvación pasa por el ascenso, y el Salamanca quiere morir matando. Esto debe aumentar la motivación de un Cádiz que no puede permitirse un inicio de partido como al que tiene acostumbrado. Hay que elegir. Las opciones están ahí y sólo hay que decantarse. Ascenso, media tabla o descenso. No basta con jugar, hay que creer. Y ¿alguien se cree a este Cádiz?

jaguilera@lavozdigital.es