CÁDIZ

La Fiscalía archiva la denuncia vecinal contra las barbacoas del Carranza

El Ministerio Público no ve pruebas para abrir un proceso judicial, aunque sí advierte de los efectos negativos que tiene este evento multitudinario en la playa

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La Fiscalía de Cádiz ha archivado las diligencias abiertas a raíz de la denuncia presentada por una vecina, Regla Valiente, contra la celebración de las barbacoas del Trofeo Carranza. Dicha denuncia, fechada el pasado 19 de octubre, iba acompañada de unas 700 firmas de otros residentes que se oponen al evento por el deterioro que, a su juicio, soporta la playa Victoria. El Ministerio Público no niega que existen efectos negativos y recomienda que se replantee esta celebración, pero no encuentra pruebas para abrir un proceso judicial.

Esta decisión se plasma en un decreto firmado el pasado 15 de enero por el fiscal de Medio Ambiente, Ángel Núñez, quien se apoya en los resultados obtenidos en los análisis de agua y arena realizados los días posteriores a la celebración de este evento, para desembocar en el archivo de las diligencias.

En el material requerido en su día por el fiscal, se incluyeron los informes emitidos por las empresas Tecnoambiente y Anaqua. Estas firmas fueron las encargadas de testar la calidad del agua y la arena para determinar si se habían producido alteraciones graves en el medio natural tras la concentración multitudinaria.

Ambos estudios concluyeron reconociendo que no había «elementos suficientes» que sirvieran de base para afirmar que se había producido un deterioro relevante de la playa. Si bien, en el primero de ellos -referente al estado de la arena- alude a «un aumento en los niveles bacterianos». Aunque la propia empresa pide que sus conclusiones sean tomadas con «las cautelas necesarias» porque no ven ninguna relación entre el citado incremento y un mayor riesgo para la salud.

En esa línea de falta de determinación, el fiscal reproduce en su decreto cómo los técnicos que analizaron la arena, comprobaron que esa mayor presencia de bacterias era la misma que se genera por el emplazamiento que tiene la playa, la cual está muy masificada en la temporada de verano. Por tanto, los expertos entendieron que esa presencia bacteriológica «no se puede relacionar directamente y con total seguridad» a las barbacoas.

Resultados definitivos

El estudio de calidad del agua vino a refrendar las conclusiones alcanzadas en el primer informe, ya que descartó la existencia de indicios de contaminación.

Estos resultados han sido definitivos para que el fiscal acuerde el archivo de las diligencias, si bien no realiza una lectura positiva de las consecuencias que acarrea este evento para la conservación de la playa Victoria.

Es más, Ángel Núñez subraya que no se han obtenido datos alarmantes que permitan definir de grave riesgo las barbacoas del Carranza, «en buena parte gracias a las medidas de prevención y limpieza adoptadas por las administraciones y por la propia capacidad de regeneración» de la playa. A reglón seguido, afirma que esta celebración provoca unos efectos negativos que, según el fiscal de Medio Ambiente, deben llevar « a los responsables públicos a valorar la conveniencia de tales prácticas y, en cualquier caso, a extremar las medidas tendentes a minimizar el riesgo».

Precisamente, la pasada edición será recordada por el enfrentamiento público entre la Demarcación de Costas y el Ayuntamiento. El organismo estatal pidió a la Administración local que explicará en su Plan de Playas 2007 qué medidas iba a adoptar para controlar el evento; mientras que el Consistorio sostenía que no tenía que diseñar ningún plan para una celebración que llegó a definir de «espontánea» y se escudó en la falta de competencias para no adoptar una medida antipopular como era la prohibición del evento.

Las aguas se apaciguaron cuando las analíticas encargadas por el Ayuntamiento y la Demarcación no arrojaron datos preocupantes.

Consecuencia de la excesiva publicidad

Uno de los principales argumentos esgrimidos por los defensores de este evento multitudinario que se celebra cada mes de agosto en Cádiz es la tradición que pesa sobre él, y que hace de esta celebración una cita marcada en el calendario de fiestas de la capital. En cambio, los detractores niegan ese carácter y recuerdan cómo las barbacoas hace unos años no ponían el punto final al trofeo futbolístico veraniego, que además no encuentra una fecha ficha en el calendario. El fiscal de Medio Ambiente recoge en su decreto esta división palpable en la sociedad gaditana y achaca a «las instancias públicas» la sobredimensión que ha adquirido el acto; lo que ha generado «lamentables excesos». Ángel Núñez culpa a la promoción que se hizo años atrás de este evento, que ha derivado en una asistencia masiva y y controlada.