Opinion

Fingir torturas

El maltrato, en general, es una sensación de impotencia por parte del que lo comete. Lo importante es que haya mecanismos para castigar su impunidad. En el caso de los etarras recientemente capturados y supuestamente maltratados existe todo un protocolo jurídico para perseguir los hechos probados. Los ambiguos excesos verbales y mediáticos de algunos miembros del Gobierno de Ajuria Enea; así como el sector que aplaude y arenga al pistolerismo y amenaza miedo, además de una oposición rebosada de razonamientos espurios y faltos de juicio político, no ayudan nada y se transmutan en excrecencias democráticas que manchan y crean confusión.

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Puede que algunos compañeros de los dos agentes desarmados que fueron asesinados recientemente incurrieran en presuntas 'tentaciones emocionales' pero no hay que leer ningún 'manual de la buena detención' para saber que a los asesinos no se les detiene tirándoles higos blandos, aunque los etarras, autores del crimen de la T-4, etcétera, portaban y siempre portan estratégicamente su propio manual sobre cómo fingir y denunciar torturas en caso de detención.

Bueno, la obra irá pidiendo material. Espero que el edificio concluya en marzo y con robustos cimientos de cordura democrática. Europa vigila, y su único reducto terrorista está aquí.