CONFIANZA. Porato está demostrando ahora todo lo que apuntaba en su currículo.
Deportes

La sonrisa de Stephan

Porato se ha convertido en uno de los pilares azulinos gracias a sus actuaciones, sobre las que incluso bromea

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Que Stephan Porato ha logrado darle la vuelta ha su situación, no es ningún secreto. El meta francés ha dejado de ser un elemento más del oxidado banquillo de Chapín, para convertirse en uno de los pilares del Xerez Deportivo. Ha cambiado la suplencia por la titularidad, no sin antes, un duro proceso de adaptación que le ha costado más de una crítica de la afición y la prensa.

Pero es ahora, once encuentros después de su primera aparición en un terreno de juego defendiendo los colores azulinos, cuando se le ve sonreír. Cuando se comprueba cómo el francés incluso bromea con la prensa que cada día sigue la actualidad del deportivo. Y es que cuando ayer se le recordaba su magnífico estado de forma, Stephan, con su marcado acento francés, se justificaba: «Oui, oui, es que tengo la suerte de que el balón me viene encima».

Tras las risas de los presentes, Porato continuó declarando contando que esperaba «poder seguir así. Da igual encajar dos goles ante el Elche, si siempre hacemos cuatro».

El portero francés reconoce que, no sólo él, toda la plantilla está muy «feliz por el triunfo de la semana pasada, pero tampoco hemos hecho nada increíble, pues sólo hemos ganado un partido en un mes y medio o dos».

Lo cierto, es que Stephan es diferente al resto de sus compañeros. No sólo por ser portero -y sobre los guardametas recae esa leyenda de que están algo tocados de la cabeza-, ni por tener nacionalidad francesa. Lo cierto es que tanto a la hora colocarse trapitos, como a la de pasearlos, el Porato rezuma una especial elegancia.

Además, los fines de semana que el Xerez juega en casa, el meta siempre llega acompañado a los entrenamientos del pequeño Porato y su balón.

Para acabar con la broma y llegar a un punto de entendimiento, se le volvió a recordar sus méritos bajo los palos, pues no siempre el balón va hacía su cuerpo. El portero volvió a sacar su sonrisa: «Está bien, dejémoslo en que nos encontramos a mitad de camino».