Ciudadanos

Condenado a más de seis años por pegar, amenazar y retener a la fuerza a su ex pareja

El procesado, que también ha sido sentenciado por agresión sexual, tenía una orden de alejamiento que incumplió

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Un vecino de Sanlúcar ha sido condenado por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial a seis años y dos meses por agresión sexual, detención ilegal, amenazas y un delito de lesiones contra su ex pareja; una mujer con la que mantuvo una relación sentimental de seis años, fruto de la cual nació una niña.

El procesado, como recoge la sentencia, no admitió la ruptura en febrero de 2006 y hasta el mes de mayo, cuando la víctima recurrió finalmente a la Policía, convirtió en pesadilla la vida de su ex cónyuge. Además, esta causa pone en evidencia la poca eficacia de las órdenes de alejamiento. Como ocurre en otros casos de violencia contra la mujer, sobre el condenado Basilio Utrilla Marín pesaba una orden que le impedía acercarse y comunicarse con su ex pareja, pero la incumplió constantemente con llamadas telefónicas, visitas o mensajes de texto.

En el contenido del fallo judicial se relatan varios episodios violentos que vivió la víctima y que explicó durante el juicio celebrado la semana pasada. El tribunal reconoce como válido el testimonio de la mujer, que ha sido la principal prueba de cargo contra Basilio Utrilla. La crudeza de algunos de los hechos ocurridos dan fe del calvario sufrido por la denunciante.

En la sentencia se describe cómo el condenado acudió el 1 de mayo de 2006 a la estación de trenes de Jerez a recoger por sorpresa a su ya ex pareja, quien había ido a pasar unos días a Barcelona con su hija. Con el pretexto de que quería discutir la venta de la casa que compartían, logró que su víctima dejara a la pequeña en el domicilio de los abuelos paternos y marcharon juntos a lo que era su antiguo hogar.

Cuando ambos estaban sentados en el sofá, el condenado se abalanzó contra la mujer, le bajó los pantalones, se sacó el pene e intentó penetrarla a la fuerza. Pero desistió, según aparece reflejado en el fallo judicial, cuando sonó el teléfono de la casa.

La defensa del procesado esgrimió un consumo desmedido de alcohol y cocaína para conseguir una rebaja en la pena, pero la Audiencia desestima que estos hábitos alteraran sus aptitudes psíquicas.

Los magistrados sí que vieron en el condenado una comportamiento obsesivo, causado por los celos, que le llevó el 6 de mayo de 2006 a tratar otra vez «de someterla a su voluntad». De nuevo en la casa de la mujer, intentó forzarla y llegó a maniatarla. La víctima pudo zafarse pero no pudo escapar de la vivienda. Fue retenida a la fuerza por el procesado.

Ella, con la intención de tranquilizar al agresor, le dijo que se arrepentía de haberlo abandonado y que tenían que salir a la calle para recoger a la niña. Ya en la vía pública, la víctima trató nuevamente de huir, pero el condenado la agarró y la arrastró para meterla de nuevo en la casa. Su ex pareja comenzó a gritar y un conductor que circulaba por la zona, la auxilió.

Aquí terminó la pesadilla de la denunciante, que tuvo que ser asistida de hematomas y contusiones. Ahora será un juzgado de Barcelona quien determine si Basilio Utrilla es culpable o no por quebrantar la orden de alejamiento, ya que fue en la Ciudad Condal donde la mujer denunció el acoso de su ex pareja.

stubio@lavozdigital.es