SALTO. El cadista Julio se cubre ante el salto de Jiménez. / M. GÓMEZ
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Germán pone luz a un oscuro derbi entre los filiales de Cádiz y Xerez

El defensa isleño anotó los dos goles locales tras sendos centros de Juanje En un encuentro demasiado directo, los azulinos acusaron su falta de pegada

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Diez minutos de fútbol exquisito bastaron al Cádiz B para llevarse el derbi ante el eterno rival, que acusó su falta de pegada y terminó con su casillero de puntos a cero, a pesar de que hizo méritos para haberse llevado el empate.

Dos nombres propios brillaron en la fría tarde de ayer en el Ramón de Carranza. Germán volvió a demostrar que está en plena forma y anotó los dos tantos de su equipo, ostentando el dudoso honor de ser uno de los más acertados de cara al marco rival, a pesar de su condición de defensa. El isleño supo leer a la perfección las intenciones de Juanje, de cuyas botas nacieron los dos centros que, a la postre, terminaron al fondo de las mallas. Ex compañeros en el equipo de su ciudad natal, ayer funcionaron en perfecta sintonía.

Poco puede destacarse de la primera mitad. Dos equipos entregados al deber de tumbar al adversario sin las armas suficientes para lograrlo. Predominó el juego directo y trabado y apenas se vieron ocasiones reales de peligro. Un buen centro de Juanje por el costado izquierdo que no encuentra la cabeza de Parada y un zapatazo de Añón que muere en los brazos de Terrén fueron las acciones más destacadas.

Lavado de cara

Sorprendía la manera en la que el Cádiz B saltaba al campo en la segunda mitad, máxime cuando en la primera no había estado demasiado fino.

Diez minutos de asedio que trajeron sus frutos en dos jugadas de estrategia y que sirvieron para ganar el encuentro.

El primero en avisar fue, no obstante, el conjunto jerezano. Álvaro estrellaba el balón en la madera tras el saque de una falta que se fue envenenando, y que puso el corazón en un puño a la parroquia local.

La respuesta no se hizo esperar. Los de Procopio se echaron hacia adelante y consiguieron forzar un corner desde la izquierda que Juanje se encargó de botar. El balón, colgado en el área pequeña, terminó entrando después de que Germán metiera la bota entre una maraña de jugadores. El efecto óptico sembró las dudas, aunque Núñez García estuvo muy acertado. Las cosas estaban claras: el balón había entrado y, si no era gol, era penalti, pues un defensor la sacó de dentro con la mano.

El central amarillo sacó el arco y, emulando al otrora ariete uruguayo del Cádiz, lanzó su flecha al infinito. Flecha que volvería a clavarse cuatro minutos después en el corazón de los de Antonio Puche, pues el mismo Germán cabeceaba sólo dentro del área pequeña un nuevo centro de Juanje, que en la tarde de ayer se marcó un partidazo.

Nuevo gol con los mismos protagonistas e idéntica celebración. Los jerezanos no tuvieron más remedio que buscar la reacción a tan elevado castigo.

Sin demasiada claridad de ideas, los azulinos iban ganando metros y acercándose a la meta defendida por Terrén. Y tanto fue el cántaro a la fuente que terminó rompiéndose. Álvaro, el más destacado de los suyos, aprovechaba un error del cancerbero local y acortaba distancias introduciendo dentro de las mallas un rechace desafortunado.Los nervios se apoderaron de los locales, que sufrieron más de lo debido hasta el final.

En la memoria quedará un triunfo que hunde un poco más a los jerezanos en el farolillo rojo y que, asimismo, aleja de la quema a los amarillos, que ayer no notaron la ausencia de Fran y Bienve, ambos con el primer equipo.