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Autoayúdeme, por favor

Tras la euforia del año nuevo, las librerías se inundan de las propuestas editoriales más inverosímiles para ayudar a que los lectores soporten la cuesta 'psicológica' de enero

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Qué tal lleva la andropausia? ¿Nota cómo se desvanecen, poco a poco, sus célebres dotes para la seducción? ¿Más problemas de dinero? ¿A veces, en el supermercado, advierte que todo el mundo le observa? ¿Demasiada grasa enquistada en el flotador de la cintura? ¿Se aburre en la cama? ¿Le fallan las fuerzas? ¿Quizá la memoria? ¿Se está quedando calvo, ya no cree en Dios, no controla la ansiedad, la ira, o le supera el miedo al futuro? Tranquilo. Respire aliviado: la solución a sus dilemas -superfluos o espirituales- no la tienen los médicos de cabecera, ni los intelectuales juiciosos, ni los filósofos cartesianos, ni los doctos eruditos, ni los curas moralistas. Como siempre, las respuestas - algunas de ellas dudosas, ridículas y grotescas- se esconden entre las líneas reveladoras de algún libro. La cuestión es, sencillamente, saber en qué texto buscarlas. Y luego, por regla general, ver la forma de obviarlas sin reparo, o aprender a integrarlas en nuestros mecanismos mentales.

Cada año, el ciclo psicológico se ciñe férreamente a los dígitos del calendario. La Navidad -salvo en el caso de los depresivos incurables o de los melancólicos terminales- representa el momento exacto del balance y la ventura. Después viene el empeño denodado por cumplir los tradicionales propósitos de cambio: ser más así, pero menos asao; el gimnasio, el tabaco, el trabajo, los amigos... A finales de mes el peso de la rutina vuelve a ganar la batalla. La frustración consiguiente, tan difícil de sobrellevar por el ciudadano medio, es el caldo de cultivo ideal de un suculento negocio para las editoriales, que han sabido sacar una buena tajada del asunto con prolíficos catálogos que mezclan títulos más o menos serios con toda clase de pastiches y seriales, y que suelen tomar los estantes de las librerías coincidiendo con la cuesta psicológica de enero.

Fortaleza mental

A Mario Luna, hace seis meses, no lo conocía nadie. Tiene 21 años y sus arduas disquisiciones sobre los entresijos de la mente femenina derivan del trabajo de campo documentado en largas sesiones de discotequeo. Sin embargo, presentó un original a Nowtilus que ya es todo un superventas. Aprenda a seducir. Sex code le ha valido para completar una exhaustiva gira de seminarios por toda España en los que ofrece a los necesitados las claves básicas del galanteo.

Si, a pesar de los sabios consejos del señor Luna, usted no culmina sus aspiraciones emocionales, nada mejor que Evite sufrir por amor, de María Michelena. La escritora apunta en las solapas de la última edición: «El amor siempre lleva aparejado el sufrimiento, desde el más leve al más intenso, tanto si no ha conseguido empezar una relación como si ésta ha terminado de forma poco satisfactoria». El libro dedica un capítulo especial a las relaciones destructivas.

También puede darse la coyuntura de que sea usted el que ha tomado por habitual la discutible costumbre de ir por la vida rompiendo corazones. No debe preocuparse en exceso, según Richard y Rachel Heller, los autores de Egoísmo sano: «Tenemos que aprender a cuidar de nuestros sentimientos y de nuestras necesidades, aunque los demás no lo hagan. Sobre todo, si los demás no lo hacen». La obra antepone el yo a cualquier otra circunstancia. Para bien o para mal.

La mayoría de los problemas endémicos que arrastran los seres humanos procede de traumas infantiles. Sin complejos, de Beatriz López Luengo y Lourdes Espinosa Fernández (Garuval), ofrece un acercamiento desde el rigor académico, pero también desde el desenfado divulgativo, al mundo de estas dolorosas lacras del carácter. Presenta métodos sencillos para detectarlos y estrategias puntuales para combatirlos. De entrada, las autoras proponen: «Haga una relación de todas las cosas que le gustan de usted. Luego, poco a poco, intente ir ampliándola». Si un par de años después de haberla escrito, la lista sigue igual, debería empezar a preocuparse.

No sufra, hombre

Aunque La inutilidad del sufrimiento (La Esfera de los libros), de María Jesús Álvarez Reyes parte de una premisa cuestionable (sufrir no sirve de nada), la autora tiene un cierto prestigio como psicóloga. Resume así la esencia de sus enseñanzas vitales: «No hay que darle vueltas a lo que nos ha hecho sufrir, no hay que culpar a nadie, no hay que pretender arreglar las cosas con cambios drásticos y siempre es necesario echar mano del sentido común».

La editorial Obelisco propone, de una forma un tanto redundante, a través de la obra de Hedwin Kellner El arte de decir no, que «todas aquellas personas que dicen que sí cuando quieren decir que no, logren cambiar y digan que no cuando quieran decir que no y que sí cuando quieren decir que sí». Para ello, esta experta en resolución de conflictos, autocontrol y consultora de empresa, aplica un práctico programa de ejercicios a ejecutar en cómodos pasos y una tabla autoevaluativa.

Cuidado físico

«Envejecer no es tan malo si se piensa en la alternativa», decía Maurice Chevalier. Para Alfonso J. Cruz, «hay muchas maneras de hacerse mayor, pero podemos elegir cuál en función de cómo queremos vivir y afrontar las situaciones y las enfermedades». En La vejez positiva, uno de los más reputados médicos del Ramón y Cajal desgrana las técnicas de «supervivencia para enfrentarse a los años».

Si, precisamente para combatir los estragos de la edad, está usted pensando en hacerse un arreglillo, no debería perderse ¿Estética o Antiestética?, de Emilia Arrebola y José Manuel Lechado. Los autores analizan al detalle los peligros de estas operaciones, y recuerdan lo obvio: «La cirugía estética es eso: cirugía. Es decir, que tiene riesgos, aunque no sean muchos, por lo que hay que evaluar pros y contras».

Si se decanta por métodos menos expeditivos, lo recomendable es Correr sin desayunar y otros trucos para estar en forma a cualquier edad, de Ignacio Romo, en Alianza Editorial, «una guía documentada que ofrece trucos muy sencillos para mejorar su condición física y su salud, tanto si es deportista experimentado o neófito en la materia».

¿Treintañero recién estrenado? Apúntese a la moda de la antiedad. Antiaging (Amat Editorial), de Julián Bayón y Manuel Sánchez defienden una filosofía que pretende «enseñar a la gente no sólo a vivir más, sino a llegar a una edad alta en las mejores condiciones posibles». Exclusivamente dirigido a féminas, el antiaging de género se llama Siempre sexy y atractiva (de Linda Bird, en Nawtilus). Esta experta en estilismo y técnicas de bienestar desarrolla los modos y maneras para conseguir un loock espléndido, con trucos, consejos y unas gotas de autoestima.

Sexo y ocio

Otro tipo de salud, también necesaria y divertida si se practica con tiempo y consentimiento, es la sexual.

En inteligencia erótica, de Esther Perel, se nos brindan algunas nociones básicas para cumplir con la pareja y poder sentirnos realizados con el desarrollo de nuestra particular concupiscencia. «Lo importante es hablar de aquéllo que normalmente nos da miedo, y debatir abiertamente todas las posibilidades que existen y a las que muchas veces damos la espalda por puro temor o por prejuicios vanos», apuntan.

En caso de que esta faceta tampoco vaya bien, Aprenda a jugar al ajedrez en 20 lecciones (Lorenzo Ponce), puede sernos útil para matar el aburrimiento. Sin abandonar el ámbito deportivo, muy difícil de clasificar es la obra que han perpretado a seis manos Severiano Ballesteros, Mariana Territo y Ricardo Rabinobich (Vida y golf), en la que «el mejor golfista de la historia del deporte español descubre las claves personales para ser un número uno, también en la vida».

Si, a pesar de todo ello, usted no consigue un físico impecable; no liga, ni se siente capaz de iniciar o mantener una relación; le acosan los complejos y en el trabajo le toman, de lunes a viernes, por sopa; si ninguno de los libros anteriormente recomendados solventan sus cuitas, quizá debería probar, - a título de último recurso-, con Cómo llegar al éxito de fracaso en fracaso, de Agustín Medina, considerado el padre de la publicidad en España. El autor cuenta, con todo lujo de detalles, los suplicios, humillaciones y derrotas que padeció antes de conseguir su anhelado equilibrio personal y profesional.

dperez@lavozdigital.es