La sevillana Maria Cánovas se sitúa en el liderato provisional. / LV
VELA COPA DE ANDALUCÍA DE 420

Ambiente de gala en la Bahía en la primera jornada de competición

Las excelentes condiciones posibilitaron que se llevaran a cabo las tres mangas previstas Las sevillanas María Cánovas y Ana Lobo se adelantan en la clasificación

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La II Copa de Andalucia para la clase 420 dio comienzo ayer en aguas de la Bahía de Cádiz con la celebración de las tres pruebas previstas en el programa, gracias a las excelentes condiciones de mar y viento dominantes en el campo de regatas gaditano. El viento de levante acudía puntual a su cita con la flota, soplando de menos a más hasta llegar a una media de 16 nudos de intensidad, estable y mantenido en lo que dio de sí la jornada de regatas. Las tripulaciones de 420 completaron las tres pruebas en formato de triangulo en un campo de regatas dibujado frente a la playa portuense de Valdelagrana en dirección a Cádiz, empleando, en total, unas cuatro horas aproximadamente .

Excelente papel

La tripulación de Maria Cánovas y Ana Lobo, vencedoras de la primera Copa de la temporada, siguen en racha y se posicionan en cabeza de la tabla tras esta primera jornada, en la que las regatistas del Náutico Sevilla firmaron un segundo y dos primeros, con los que se colocan líderes con dos puntos de ventaja sobre la tripulación del CN El Candado de Málaga, formada por Juan Navarro y Álvaro García, que comenzaban estrenando el marcador copero para luego sumar un segundo y un tercero en los dos últimos parciales. A un solo punto de podio y por tanto con las opciones intactas de cara a hoy, se sitúa la tripulación sevillana de Luis Fernández y Gonzalo Lobo (4+4+6), seguidos en el quinto lugar por los actuales campeones del ranking de la clase, los también hispalenses Guillermo Palacios y Alejandro Gonzalez, que ceden terreno debido a que en la primera manga del día un incidente con otro barco les obligó a volver a tierra a cambiar el material. El segundo y el quinto anotados después les permiten todavía albergar esperanzas, teniendo en cuenta los descartes.