GRAN WYOMING 'SHOWMAN'

«Si dejara de lado la ironía me estaría engañando a mí mismo»

Resurge con el espacio satírico 'El intermedio' en La Sexta. «El guión es un 99,9% del programa», advierte

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En septiembre sobrepasó el medio millón de espectadores y la pasada semana dobló esta cifra. En tan sólo un año, El Intermedio del Gran Wyoming se ha aupado como el espacio más seguido de La Sexta (de lunes a viernes a las 21.25 horas) junto a Sé que lo hicísteis, con Patricia Conde y Ángel Martín. Cual Ave Fénix resurgiendo de sus cenizas, el showman ha levantado el vuelo con su humor ingenioso y mordaz. El mismo que siempre le ha caracterizado y gracias al cual la tropa de fieles sigue creciendo cada día.

-¿Menudo regreso, ya supera el millón de espectadores!

-Parece que nos ha sentado bien el nuevo curso mediático. Estamos muy contentos.

-¿Contaba con hacerse un hueco en un horario abonado a los telediarios?

-Sí, sí, y a veces también está el fútbol de por medio. Pero bueno, la competencia forma parte del negocio.

El reto

-Con el poco tiempo que La Sexta dedica a la actualidad su resultado parece un milagro.

-El reto es mantener un ritmo de audiencia creciente sin tener que renunciar a nuestros contenidos. De alguna manera conocemos qué nos daría más puntos de share, pero ésta no es nuestra meta.

-O sea, que se mantienen fieles a su filosofía.

-La cadena ha apostado por el programa y nunca ha pedido modificar el guión. Algo que, desde mi punto de vista, hubiera sido denigrante.

-¿Por qué?

-Quiero decir que si yo dejo de lado la ironía y le doy categoría de noticia a un suceso irrelevante me estaría engañando a mí mismo. En cambio, hay mucha competencia a la que no le importa caer en la banalidad.

-Creo que sus colegas Patricia Conde y Ángel Martín sienten envidia sana de usted.

-La audiencia es como el fútbol: todos entienden de qué va el juego, pero luego está el factor suerte. No he conocido a nadie a quien se le valore por la audiencia. En la tele, el que es imbécil lo es con audiencia o sin ella.

-Seleccionar lo mejor del día en los medios es una labor ardua, ¿cómo lo hacen?

-Es una cuestión de la redacción. Se han acostumbrado a escribir como habla el presentador, que ya es difícil. El fin último es que yo no estropee los chistes.

-Ya, pero seguro que a algún redactor le fustiga con poner la oreja en la radio episcopal.

-La redacción ya llega con el trabajo medio hecho. Mi función es catalizar el contenido. Soy como Ben Hur: saco la fusta y les digo: Venga chicos, ¿remen!. Y después me dan a mí los premios... Sigo siendo el malo de la película.

- ¿En El Intermedio, qué prima más, el guión o la naturalidad?

-El guión es un 99,9% del programa. Estamos tan ceñidos a él que no te puedes permitir alegrías que dejen al compañero en pelotas.

«Sin meter el cuchillo»

-Pero un buen guión no garantiza un buen programa. Hay que saber comunicar.

-Si estás diciendo que soy el mejor conductor de la historia podemos estar de acuerdo. No, en serio, con el paso de los años estoy muy contento con mi bagaje profesional.

-Con la precampaña que se avecina, hay carnaza para dar y tomar, incluso algunos se lo han puesto a huevo.

-Hay partidos políticos que dan infinitamente más cancha que otros, pero nos cortamos porque no queremos meter el cuchillo.

-A los españoles les gusta reírse de los demás pero desdeñan la autocrítica, ¿no será que tienen el sentido del ridículo elevado?

-Seguro. Esto es así porque tenemos un alto concepto de nosotros mismos y miedo a la descalificación social. Algo que viene desde hace siglos, con las gilipolleces de los apellidos largos, los escudos y esas cosas.