«Hubo actores que se negaron por miedo»
Durante el rodaje de Visionarios, Manuel Gutiérrez Aragón fue a almorzar con un amigo a un pueblecito de Álava. «Íbamos a cerrar la puerta del comedor, y el dueño nos rogó que la dejáramos abierta. Dijo: 'No se preocupen, aquí no pasa nada. Eso sí, cuando pasa, pasa'. Ahí pensé que tenía que rodar una película sobre la realidad del País Vasco, una realidad múltiple y cambiante pero con una constante: la muerte», asegura el director.
Actualizado: GuardarTodos estamos invitados está teñida de un aire documental en su retrato de Euskadi. Manifestaciones, pintadas, la ropa de monte que uniforma a los borrokas, el vocabulario siniestro -«a ese hay que darle un toque ». No es gratuito que al profesor amenazado le guste tanto darse homenajes gastronómicos en los txokos. «Las sociedades gastronómicas están muy presentes en la vida social vasca. Y además, ha habido varias personas asesinadas durante una cena», recuerda el autor de El caballero Don Quijote.
Iñaki Miramón, Adolfo Fernández, Kike Díaz de Rada y la actriz italiana Vanessa Incontrada protagonizan un filme rodado con un equipo de técnicos vascos encabezado por el director de fotografía Gonzalo Kalo Berridi y el compositor Ángel Illarramendi. «Hubo técnicos y actores que se negaron a hacer la película por miedo. 'Manolo, yo vivo aquí', me decían. Es la prueba de que algo funciona mal en el País Vasco. Ese miedo refuta a quienes se esfuerzan en asegurar que se vive en normalidad».
Extrañeza
Gutiérrez Aragón prevé que la película se contemplará «según la mirada que se tenga a lo que pasa en la calle, según las opiniones políticas de cada uno». El director ha querido constatar la «extrañeza» que le provoca el hecho de que los amenazados formen parte del paisaje cotidiano. «Por eso en la película sale tanta gente que mira hacia otro lado. No he tratado de ser equidistante. La polémica no es algo nuevo para mí, pero creo que, por primera vez, conseguiré quedar mal con todos».
