EN FORMACIÓN. Parte de la colección de botellines que todavía conserva Joaquín Ruiz .
Jerez

Bodegas en miniatura

Una imagen clásica de nuestros caldos es el botellín, motivo para interesantes colecciones que han entretenido a muchos jerezanos

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Gran tradición tiene la ciudad de botellas en miniatura de todas las marcas habidas y por haber. Pocos han sido los domicilios de la ciudad que, en alguna época, no han tenido en el mueble bar una pequeña colección de botellines de vinos de Jerez.

Amontillados, finos, palos cortados o Pedro Ximénez han estado casi escondidos en esos botellines pequeños que eran como una ambrosia, como un adelanto o una prueba de lo que servía cada marca bodeguera.

Al botellín, en Jerez, siempre ha habido afición. Se cuenta que en Eco Jerez, esa gran superficie que fue la pionera en la ciudad en comercios de este tipo, estaba la mejor colección de botellines de la ciudad. Pero también ha habido coleccionistas privados de un artículo tan relacionado con la ciudad como ha sido éste.

Joaquín Ruiz es uno de ellos. Desde que trabajaba en Bobadilla, su afición por los botellines fue creciendo y llegó a tener más de dos mil en su casa. «Lo que pasa con esta colección es que nunca se acaba. Cuando crees que ya está casi lista, aparecen nuevos modelos», comenta.

Todavía en la actualidad se sigue despachando este simpático botellín en algunas bodegas, aunque quizá ahora escasean más que en otras épocas. «Antes era como una especie de bonificación. Si comprabas una cantidad determinada de botellas de vino, te regalaba la bodega el botellín», relata Joaquín.

El caso es que también este tipo de colecciones dan su trabajo. Ruiz afirma que «esto es muy entretenido. Demasiado, diría. Mira, aquí tenemos un botellín de licor de lima, de las bodegas Pedro Domecq. Podrá tener cincuenta años, pero las etiquetas se deterioran mucho y el licor se evapora. Por eso, tengo en venta la colección entera. Vendo todos los botellines. Ya está bien».

Bodegas en miniatura. Valdespino, Dry Sack, Argüeso, Lustau, González Byass o Garvey, por citar algunas de las marcas. Se podría decir que son pequeñas esencias de Jerez embotelladas.