La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, momentos antes de su comparecencia ante la Comisión Constitucional del Congreso para explicar la situación de las relaciones entre el Estado y la Iglesia católica tras las últimas críticas de los obispos al Ejecutivo socialista. /EFE
comparecencia en el congreso

De la Vega advierte a la Iglesia que ni la sociedad ni el Gobierno aceptan «tutelas morales»

Expresa su respeto al derecho de "una parte" de la jerarquía eclesiástica a criticar al Gobierno pero exige el mismo respeto para el Ejecutivo

MADRID Actualizado: Guardar
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La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha defendido hoy en el Congreso la cooperación del Ejecutivo con la Iglesia porque no supone "menoscabo" de la "laicidad" del Estado, pero ha advertido de que ni la sociedad ni el Gobierno aceptarán "tutelas morales" de nadie.

De la Vega ha comparecido a petición propia en la Comisión Constitucional de la Cámara Baja para informar de la situación de las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado y ha expresado su respeto al derecho de "una parte" de la jerarquía eclesiástica a criticar al Gobierno, como hicieron los obispos en la reciente concentración de Madrid en favor de la familia cristiana.

Sin embargo, también ha pedido y exigido "el mismo respeto" para el Ejecutivo cuando cumple sus compromisos electorales. "Lo que ya no resulta tan tolerable es que para ejercer ese derecho se vulnere el respeto debido a dos poderes legítimos, como son el Gobierno y el Parlamento, y se haga además faltando a la verdad", ha dicho.

En este sentido la vicepresidenta ha valorado la profundización en derechos sociales que, a su juicio, ha llevado a cabo el Ejecutivo, con medidas como el reconocimiento de los matrimonios homosexuales o la supresión de trabas para el divorcio, unos cambios que, en su opinión, la sociedad española "ha aceptado e integrado en su día a día".

De hecho, De la Vega ha subrayado que esta sociedad "no necesita tutelas morales, como tampoco las necesita, ni tolera, ni acepta su Gobierno", y ha advertido de que tampoco está dispuesta "a retroceder a tiempos pretéritos en los que una única moral era impuesta a todos los españoles". Estos tiempos "afortunadamente quedaron atrás y no volverán por expreso deseo de la mayoría", según la vicepresidenta, para quien esta "mayoría" social "no está dispuesta a retrasar las manecillas del reloj de la historia".

Una cooperación "normal"

La vicepresidenta ha insistido en que la cooperación con las Iglesias es "normal" en las democracias y no supone "menoscabo alguno de la laicidad del Estado", pero también ha hecho hincapié en que esta relación no "otorga" derecho a ninguna Iglesia, por mayoritaria que sea, "a inmiscuirse en el ámbito propio de la autonomía del poder político".

Pese a las discrepancias de "una parte" de la jerarquía eclesiástica en esta legislatura hacia reformas promovidas por el Gobierno socialista -como la LOE, el régimen de la asignatura de Religión o la implantación de la Educación por la Ciudadanía-, De la Vega ha dicho que ha trabajado "bien" con la Iglesia y ha valorado acuerdos alcanzados, entre ellos el relativo a su financiación.

Ha reiterado que el Ejecutivo ha cumplido con sus compromisos adquiridos con los ciudadanos en las urnas para extender sus derechos y eliminar discriminaciones y ha pedido respeto para esta labor, sobre todos porque estos nuevos derechos "a nadie obligan" ni "impiden a nadie la vivencia y el libre ejercicio de su fe".

Tras mostrar su satisfacción por las políticas sociales y a favor de las familias aprobadas en la legislatura, ha considerado que cuentan con el apoyo de la mayoría de la sociedad y ha añadido que cualquier opinión que pretenda "condicionar" o justificar una norma tiene antes que contar con el respaldo de la mayoría.