Cultura

La vida en las buhardillas

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a zona privilegiada del Palacio de La Granja, primeras plantas, la ocupaban los reyes. En un segundo plano y en un ala contraria, los infantes; el servicio inmediato de los monarcas, desde el mayordomo y caballerizo mayor, a títulos grandes de España y ennoblecidos moraban los cuartos secundarios de las salas principales, en los llamados trascuartos, y, a partir de ahí, la estratificación social estaba representada de tal manera que cuanto más subían en el edificio menos eran, justo lo contrario de lo que suele ocurrir hoy. Entonces, hasta en las buhardillas había grados, y los menos de los menos eran los que habitaban justo debajo del tejado. Las buhardillas que se conservan en este palacio, hoy almacenes, están prácticamente igual que en el siglo XVIII. El jefe de planta era el que organizaba y controlaba la vida comunitaria en estos sectores «de altura» y disponía de una sala con cocina lo que le otorgaba unas condiciones de vida de privilegio respecto al resto, que compartía habitaciones, cocinas y hasta las camas para darse calor. El suelo actual es el original y hasta los muebles y enseres más humildes se han conservado. En las segundas buhardillas, donde se sigue el mismo sistema de cocina-dormitorio, también las puertas son las originales con su claveteado. Dentro, sujetacamastros de la época, sobre los cuales se armaba, de tela y paja, un colchón, y en los que también se puede ver el sello de «Felipe V Rey». La vida doméstica del XVIII. La joya que ningún palacio europeo enseña porque ningún palacio, salvo La Granja, tiene.