COMEDIA. El filme es un 'remake' de otro inglés de los años 60.
Cultura

El club de los perdedores

Billy Bob Thornton parece haberle cogido el gusto a la comedia histriónica. Hace poco le veíamos encarnando a un severo entrenador en Cuestión de pelotas y ahora aparece como un experto en autoayuda que responde al nombre de Dr. P. en una película rodada con anterioridad, a pesar de que llegue más tarde a nuestras salas. Papeles similares para que el ex de Angelina Jolie se pasee con su cara de tipo duro haciéndoles la vida imposible a un grupo de jovencitos. No es de extrañar que el protagonista de Bad Santa se vea tan a menudo en esta clase de roles... Al fin y al cabo es hijo de una psicóloga y de un profesor y entrenador de baloncesto.

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En Escuela de Pringados, el jovencito es Jon Heder, protagonista de la marciana Napoleon Dynamite, que aquí encarna a un controlador de aparcamiento de Nueva York que quiere solucionar sus problemas de autoestima. Para ello se apunta al curso del doctor P., que utiliza métodos poco ortodoxos con sus alumnos para «despertar el león que llevan dentro». Como es de esperar las clases, a pesar de todo, darán resultado y el muchacho, que responde al nombre de Roger, aprenderá a defenderse por sí mismo e incluso intentará conquistar a la chica de sus sueños. Pero entonces empezará el verdadero enfrentamiento porque el competitivo Doctor P. no admite ser superado por su alumno.

El filme es un remake de una película británica de los años 60 rodada en blanco y negro bajo el título School for Scoundrels... or how to win without actually cheating!, pero en esta ocasión el regusto es inequívocamente americano. La crítica ha señalado un problema habitual en este tipo de productos, la mala leche inicial se ve diluida en pos de un final más conservador. Esto nos hace pensar en multitud de comedias recientes desde Los padres de ella hasta Ejecutivo agresivo, todas caracterizadas también por juntar a un cómico joven con otro más maduro.