ZOZOBRA. Los fabricantes de material para construcción se preparan para la nueva coyuntura. / F. DÍAZ
Economia

La crisis inmobiliaria se extiende ahora al sector de la fabricación de tejas y ladrillos

Las empresas estiman que serán inevitables los procesos de ajuste, ya que esperan que la demanda descienda entre un 35% y un 40% el próximo año Estas compañías dan trabajo directo a 2.600 personas e indirecto a otras 10.000

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Los años del imparable ritmo constructor llegan a su fin. El 'rey ladrillo' está amenazado. Las advertencias de un parón en el sector inmobiliario se han hecho realidad y los productores de cerámica estructural -tejas, ladrillos, bovedillas, adoquines y bloques de arcilla cocida- empiezan a percibir sus efectos. Las previsiones indican que en 2008 la fabricación nacional de estos materiales se reducirá entre un 35% y un 40%. Las empresas del sector ya comienzan a pensar en inevitables ajustes de plantilla, parones en la producción e incluso en el inicio de un proceso de concentración para sortear la crisis.

La caída sobrepasará en algunas comarcas el porcentaje medio. En el caso de La Sagra -al norte de la provincia de Toledo, fronteriza con la Comunidad de Madrid- la situación empieza a tener tintes dramáticos. La zona concentra el 25% de la producción nacional de ladrillos y tejas y las empresas ahí ubicadas anuncian que la fabricación disminuirá en cerca de un 60%.

La primera consecuencia será el despido o la regulación de empleo parcial en estas compañías, que dan trabajo directo a 2.600 personas e indirecto a otras 10.000 y cuyo volumen de negocio anual se sitúa en torno a los 600 millones de euros.

La Sagra cuenta con la mayor concentración de empresas del sector de toda Europa, circunstancia que obedece fundamentalmente a dos factores. Por un lado, la zona posee numerosas canteras de arcillas de calidad, que es la materia prima de esta industria y, por otro, su ubicación en el centro de España ha supuesto hasta ahora una ventaja para el transporte de los materiales.

La gran despensa

Así, la comarca se había convertido en una de las grandes despensas de ladrillos y tejas de la Península. Además, la construcción de viviendas ha sido especialmente sobresaliente en Madrid y sus cercanías, donde municipios como Seseña, Illescas o Numancia de la Sagra han absorbido a miles de residentes de la comunidad, atraídos por los precios relativamente razonables de pisos y chalés.

Ahora la situación ha cambiado. Se ha vuelto habitual ver cantidad de productos cerámicos acumulados en el exterior de estas empresas porque, simplemente, «no se venden», según José María Santos, gerente de la Asociación de Fabricantes de Ladrillos, Tejas y Arcilla Cocida de Castilla-La Mancha, quien lamenta «la gran cantidad de producción acumulada». Lo que sí temen los fabricantes de materiales de construcción es que esta crisis se extienda por toda España.

La reacción que se desencadenaría en el empleo sería nefasta teniendo en cuenta las cifras que maneja la Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos, Tejas y Arcilla Cocida, que agrupa a más de 300 empresas del sector y que representa el 90% del total de la producción española de materiales cerámicos para la construcción.

Estas compañías emplean a 13.000 trabajadores de forma directa y a más de 45.000 de manera indirecta, empleos que en estos momentos no están seguros.

Deberes

«Desde finales de los años noventa la demanda que ha habido en el sector ha sido bestial. Esto nos ha obligado a todos a acometer grandes inversiones para hacerle frente y ahora muchas empresas cuentan con un exceso de capacidad instalada», asegura Jose Naverán, del grupo cerámico riojano Cerabrick, una de las tres principales firmas nacionales de fabricación de ladrillo para revestir. A su juicio, esta situación obligará a las empresas españolas a fusionarse con el fin de abaratar costes, especialmente en algunas comunidades donde el sector se encuentra muy atomizado, y más ahora que afrontan el problema añadido del incremento de los precios de la energía.

Innovar en productos de calidad, desarrollar una política ambiental ordenada, invertir en otros sectores para diversificar riesgos y trabajar en la internacionalización, son otros de los deberes pendientes del sector.