Opinion

Una crisis dentro de otra

El acuerdo para nombrar al general Suleiman nuevo presidente de la República del Líbano es un hecho, pero ayer el parlamento debió aplazar al martes próximo, y por séptima vez, la sesión prevista al efecto porque, como era de esperar, la designación es sólo parte de una revisión completa del escenario político y eso es lo que está en juego. El país, a través de su clase política y los medios que la interpretan, vive una crisis estructural dentro de otra coyuntural y se abre paso la idea de que podría abordarse la primera aprovechando el desenlace pactado de la segunda. ¿De la necesidad, virtud, como recomendó Maquiavelo? Tal vez.

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De hecho, lo que obligó a posponer la elección del general, un respetado maronita jefe del ejército y al margen de la contienda política y partidaria, es que no está listo el arreglo sobre el resto: nuevo gobierno, composición comunitaria del mismo y fecha de las elecciones legislativas.

Así, el pronóstico del presidente del parlamento, el chií Nabih Berri, de que la elección de Suleiman es cosa de un par de horas no se cumplió: es fácil votar la reforma pero no formar un gabinete pactado y fijar las elecciones para, según se cree, hacia el verano de 2009.

El trípode es, inevitablemente, la base de todo acuerdo factible y, desde luego, el plan que el activo ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, sobre el terreno otra vez, defiende en Beirut de parte de Sarkozy y del sentido común.

El país parece haberse entrenado para el aplazamiento y el de ayer no provoca una inquietud particular. El espectáculo parece deprimente en primera instancia, pero es la prueba de que nadie en Líbano ha olvidado los horrores de la guerra civil y nadie está interesado en volver a las andadas.

En cualquier caso, el desenlace solo puede confirmar ese estado de ánimo, implícitamente sostenido por la opinión. Anoten que desde que empezó el complejo proceso de relevar al presidente Lahud no ha habido ninguna violencia política y, en cualquier caso, ningún asesinato sectario.