La huelga y la mediación

esulta irritante y difícilmente comprensible la facilidad con la que las empresas privadas recurren al amparo de las administraciones públicas en Andalucía. El paternalismo con el que la Junta se ha conducido en muchos conflictos puede estar detrás de estos casos. La movilización en Transportes Comes es el último ejemplo. Mientras los ciudadanos padecen las consecuencias de los paros en una de las redes de comunicación terrestre más importantes de la provincia, empresa y trabajadores reclaman a la comunidad autónoma la mediación, las medidas que pongan fin al conflicto e, incluso, ayudas directas que garanticen «la supervivencia del sector». Alguna vez, las empresas privadas tendrán que explicar por qué las instituciones públicas y colectivas deben acudir al rescate de sus intereses particulares, legítimos y con ánimo de lucro. El conflicto laboral es cosa de dos partes y el árbitro nunca puede ser el culpable ni el único garante de soluciones.