CARÁCTER. Tita Cervera señala el tráfico que en su opinión va a acorralar su museo con el nuevo proyecto.
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Tita no se arruga

La baronesa Thyssen vuelve a amenazar con llevarse su museo de Madrid si no cambian el «cursi» proyecto del Paseo del Prado

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Tita no se arredra. Orgullosa de «salvar de la tala» casi 700 árboles del paseo del Prado, la baronesa Thyssen no se arruga. Junto a los responsables del museo Thyssen-Bornemisza vuelve a la carga contra el proyecto de remodelación del eje Prado-Recoletos. A pesar de la modificación, Carmen Cervera cree que el alcalde -«mi amigo Ruiz Gallardón»- y los arquitectos Álvaro Siza y Juan Miguel Hernández de León le tienen ojeriza a un museo que amenaza con trasladar si su proyecto de remodelación prospera.

Lamenta que el nuevo proyecto, a pesar de salvar los árboles centenarios, favorezca al Prado y maltrate al Thyssen, concentrando el tráfico a sus puertas y robándole un metro de acera en relación con la primera y rechazado propuesta. «Bárbaro, inaceptable, inmaduro, impresentable, cursi, errático, irracional, aberrante» o «infantil» fueron algunos de los adjetivos que Carmen Cervera, el conservador-jefe del Thyssen, Guillermo Solana, y el gerente de la fundación, Carlos Fernández de Henestrosa, regalaron al proyecto. Plantearán alegaciones y la baronesa no descarta echarse de nuevo a la calle. Eso sí, no compromete fechas y dice que, con los árboles a salvo, no será necesario encadenarse.

La amenaza se cierne ahora contra el museo, que se verá, según sus gestores, acogotado por el tráfico, las contaminación y las vibraciones. Tanto que Carmen Cervera amenazó con trasladarlo si se lleva a cabo el proyecto. «Sería cortarle las alas a un museo maravilloso, y si ocurre, buscaríamos otra ubicación dentro de Madrid». Tita Cervera es un ciclón mediático y ante el mar de cámaras que atrajo, el triple de las que cubren por ejemplo un consejo de ministros, dio la de cal y la de arena. Dijo que mantiene una excelente relación con Alberto Ruiz Gallardón, que espera que le reciba, pero que apelará a la «sensatez de Esperanza Aguirre, que lleva Madrid maravillosamente bien y que, como yo, cree que el proyecto es banal». Recurrirá a Aguirre para deshacer el desaguisado que se cierne sobre un museo que cree «mucho peor tratado que el Hotel Ritz». «No hemos tenido acceso a los planos, no nos han dejado decir nada y nos han enseñado un vídeo que parece para niños en Disneylandia» denunció. «Tenemos arquitectos y expertos en tráfico para preparar las alegaciones», advirtió la baronesa.