Opinion

Agotados todos los medios posibles

Agotados todos los medios posibles, probables y factibles, me dirijo usted como última opción para denunciar una injusticia que raya en lo Kafkaiano, y estamos padeciendo desde el 12 de Octubre de 2005. Nada más y nada menos que la ruptura de una familia.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Tristeza, decepción, frustración, impotencia e injusticia van a ser los pilares y los patrones de esta carta desesperada para unir una familia en este país, que se jacta y pregona a nivel mundial, la igualdad de derechos a todos los ciudadanos que en obra de buena fe y sin distinción de raza, credo o religión, que quieran habitarlo. Presidente, con todo mi respeto, su Gobierno es una farsa. Soy parida, criada, educada y con dos hijos en este bendito país. Hoy me avergüenzo de ser española. Dios me puso en el camino a un ciudadano argentino al que amo y éramos una familia feliz. Esta pesadilla empezó el 12 de Octubre de 2005, cuando lo extraditaron en menos de 24 horas por no tener sus «papeles en regla». Mi caso está en manos del Defensor del Pueblo Andaluz. Sr. Presidente, quiero que recuerden lo que hizo Argentina por nosotros, barcos, y barcos de cereales y ganado cuando nos moríamos de hambre, en los años difíciles que pasamos, ¿lo recuerdan? Señores exijo que nos reparen este daño y eximan todos sus cargos.

Lo único que exijo es que le den la posibilidad de defenderse, porque no tienen derecho de destruir una familia por meros trámites administrativos, y con el agravante de no informar el estado del trámite al día de hoy. Por eso pido a sus Señorías los Magistrados del Supremo de Sevilla, agilizar las gestiones de esta gran injusticia, para darnos una respuesta acorde a la Constitución y a la Ley, sobre este contencioso que esta ahora mismo en sus manos para decidir sobre nuestro futuro. Señor Presidente, cómo pretende que sigamos confiando en Usted y su gabinete por cuatro años más, si vivo en carne propia la falta de humanidad; Autoritarismo y soberbia. sin importarle lo que vive y siente el gran pueblo español.

Tama Pérez. San Roque