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Paso atrás en Tenerife

El Xerez regaló los primeros cuarenta y cinco minutos concediendo dos tantos a los locales Las variaciones en el sistema no funcionaron y Casuco tuvo que volver al 4-4-2

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La zancada hacia delante dada la pasada semana fue importante porque se ganó por primera vez en Chapín, porque se ofreció una nueva imagen, una forma más alegre de jugar, unos argumentos para ser optimistas. Ahora, lejos de Jerez, se vuelve a caminar hacia atrás. Y se retrocede porque se dejaron de lado todos esos argumentos que provocaron que Chapín recuperara la sonrisa. En Tenerife se cambió el sistema y apareció un Xerez más defensivo, sin alas, cojo, sin intensidad, que regaló la primera parte de principio a fin y recuperando los peores síntomas del comienzo de la temporada.

El notable alto de Casuco jugando como local, contrasta con el suspenso bajo sufrido como visitante. Y es que esas variaciones en busca de un bloque más compacto, degeneraron en un sistema en el que se estorbaban jugadores en el centro del campo, no se salía de la frontal del área, no se entraba por banda, y los delanteros tenía que bajar hasta su propio campo para tocar un balón sin notar el aliento de los defensores.

El 4-3-2-1 que Casuco pintó de inicio falló sobre todo a la hora de crear juego, porque es cierto que en lo que respecta a defender el equipo no estuvo tan mal. No supo frenar las jugadas a balón parado, pero con el esférico en movimiento, sí pudo repeler los ataques de los insulares.

De cualquier manera, el resultado final vino marcado por los primeros compases del duelo. El inicio de un partido puede determinar completamente un encuentro y en Tenerife, los primeros cinco minutos marcaron el camino del enfrentamiento. Los locales no sólo pegaron primeros, sino que pegaron dos veces.

Es cierto que los azulinos fueron los primeros en tener una ocasión de peligro, pero los blanquiazules, pioneros a la hora de materializarla. Una rápida contra en la que llegaban Antoñito, Yordi y Pedro Ríos, se extravió por un mal control del jerezano que restó peligrosidad a una contra que al final quedó en nada. Como prácticamente de la nada sacó de la chistera el Tenerife su primer tanto. Un rechace tras el primer córner de la tarde que cae en la frontal del área -donde no había ningún azulino a pesar de contar con tres medios centros sobre el tapete- y se convierte en un obús de Ricardo que el francés Porato se limita a seguir con la vista. Minuto cinco de juego, 1-0 en el marcador y las cabezas de los jugadores xerecistas todavía en el vestuario.

Y es que el baño recibido durante la primera parte fue importante. El Xerez nunca pasó del centro del campo con el balón controlado con peligro. Es más, ni tan siquiera tuvo la posesión del cuero con cierta tranquilidad, pues incluso en las circulaciones en defensa se percibía cierto nerviosismo. Los tres hombres del centro del campo no lograban entenderse, ni triangular con criterio. Por momentos, se estorbaban y fueron muchas las veces que tanto Samuel como Vicente Moreno se ofrecían a los centrales al mismo tiempo por lo que tapaban varias opciones de pase.

Pedro Ríos fue el que más lo intento en esta fase. Sin demasiado acierto, pero perseverante. El jerezano dejó su inicial posición de media punta junto a Antoñito para caer descaradamente a la banda, que es su hábitat natural. Fue por ese carril diestro por la única zona que se trató de penetrar en ataque ya que Antoñito se perdió entre líneas.

El delantero sevillano apenas apareció, y desde el centro del campo no recibió ni tan siquiera un balón en profundidad. Todo lo que le llegaba era de espaldas a portería y con un central repartiéndole leña. Con esas carencias y con la desesperación de los centrocampistas, se comenzó a buscar a Yordi por el camino más recto: el balón largo.

Esa no era la filosofía que Casuco había traído, pero la intensidad y la presión en la zona ancha del Tenerife impedían las llegadas a base de toques. Entre otras cosas, porque el cuero estaba más en los pies del equipo rival.

Antes de la media hora el Tenerife logró materializar el segundo tanto. Ricardo fue otra vez el protagonista, pues a base de velocidad y regates dentro del área sacó un centro que acabó en el fondo de la portería de Porato. Stephan se limitó nuevamente a mirar como el balón superaba la línea de gol.

El juego del Xerez no existió durante la primera parte, en la que sólo se realizaron dos lanzamientos a puerta. Uno, que no fue entre los tres palos de Samuel desde el centro del campo, y otro, flojo cabezazo de Yordi, ya superado el minuto 45.

En la segunda parte, un penalti volvió a dar vida a los azulinos. Una pared entre Antoñito y Yordi fue frenada por Bertrán. El colegiado señaló penalti para que el isleño incrementara su cifra de goles. Fue entonces cuando Casuco decidió ir a por el encuentro y recuperó esa idea de juego que tanto gustó hace una semana. Retiró del campo a Samuel y a Ríos para abrir el campo con la velocidad de Momo y Carlos Calvo. Los azulinos se hicieron con las riendas del partido y Luque estuvo a punto de culminar el trabajo con un libre directo que repelió el palo de la portería que defendía el Tenerife.

El esfuerzo sin premio comenzó a desgastar a los xerecistas, mientras que el Tenerife esperaba su oportunidad para matar el duelo gracias a los espacios y los descuidos que se estaban cometiendo en la retaguardia azulina. Nino se autodenominó el verdugo, para liársela a los defensas del Xerez y superar a un Porato muy blandito, que no fue capaz de impedir el tercer tanto con el que los locales se distanciaron de manera definitiva.

sgalvan@lavozdigital.es