En este estado ha quedado el vestíbulo del Congreso filipino uqe ha sido esta mañana objetivo de un atentado./ AP
dos de ellos diputados

Dos muertos y quince heridos tras un atentado en el Congreso de Filipinas

El estallido de un potente artefacto en el interior del edificio destruye además parte del techo del vestíbulo y causa un incendio

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Un diputado y su chófer han muerto y otras 15 personas, entre ellas dos legisladores, han resultado heridas al explotar una bomba en la sede del Congreso de Filipinas, donde persisten los esfuerzos para destituir a la presidenta, Gloria Macapagal Arroyo.

El presidente de la Cámara Baja, José de Venecia, quien ha acudido minutos después al lugar que había abandonado poco antes, ha confirmado que se trataba de un "acto terrorista", aunque no ha apuntado a ningún grupo en particular.

Geary Barias, jefe de la Policía de Metro Manila, ha identificado a las víctimas como Wahab Akbar, diputado musulmán y ex gobernador de provincia de Basilan, y su conductor, Marcial Calvo.

Akbar fue en el pasado objetivo de atentados por parte de la organización radical islámica Abu Sayyaf, que se atrinchera en el sur del archipiélago y es considerado un grupo terrorista por los gobiernos de Estados Unidos y Filipinas.

Fundado en 1991 por ex combatientes de la guerra de Afganistán contra la Unión Soviética, a Abu Sayyaf se le atribuyen algunos de los ataques más sangrientos de los últimos años en Filipinas, entre ellos el cometido en 2004 contra un ferry en la bahía de Manila, que causó 116 muertos.

Un artefacto "muy potente"

El estallido del artefacto, "muy potente" según los testigos, se produjo en el vestíbulo del ala sur del complejo hacia las 20.15 hora local (12.15 GMT), han indicado fuentes policiales. A raíz de la onda expansiva, al menos tres coches han quedado calcinados y se ha derrumbado parte del techo de la entrada, donde se ha generado un incendió que fue apagado por los bomberos de Quezon City, el municipio manileño donde se encuentra la sede de la Legislatura filipina.

El atentado fue perpetrado sólo un minuto después de que concluyera un pleno del Congreso, que reanudó su período de sesiones el pasado 5 de noviembre. El suceso se produjo justo cuando la presidenta Macapagal Arroyo intenta sortear en el Congreso un proceso de destitución por acusaciones de corrupción y de falta de respeto hacia los derechos humanos que supone la tercera moción de censura contra ella en los últimos tres años.

La oposición quiere que Arroyo -quien también ha desbaratado dos intentos de golpe de Estado desde 2004- sea declarada incapacitada para gobernar por su relación con el escándalo de corrupción asociado al polémico contrato multimillonario firmado entre el Gobierno y la compañía china ZTE para la instalación de una red nacional de Internet de banda ancha.

La Policía ha afirmado tener indicios de que la bomba pudo ser transportada hasta el recinto del Congreso en una motocicleta aparcada cerca de la entrada al edificio y que quedó destruida por la explosión. El jefe de la Policía metropolitana ha explicado que la investigación preliminar apuntaba a que el artefacto fue activado por control remoto.

Heridos dos congresistas y personal de los gabinetes

Los dos congresistas heridos fueron Luzviminda Ilagan, del grupo feminista Gabriela, y Henry Teves, representante de Negros Oriental, quien fue ingresado en estado crítico en un hospital cercano. Según diversos testigos, el resto de heridos son empleados de los gabinetes personales de los diputados, entre ellos varios ayudantes, conductores y guardaespaldas.

Macapagal Arroyo ha ordenado al director de la Policía Nacional, general Avelino Razón, encabezar las investigaciones, y la primera medida que adoptó fue la de declarar el estado de alerta máxima en todo Metro Manila.

El atentado tuvo lugar mientras las fuerzas de seguridad todavía investigan la causa de otra explosión que el pasado 19 de octubre dejó once muertos en un centro comercial del distrito financiero de la capital, que inicialmente fue atribuida a una bomba y después a un escape de gas.

Las fuerzas de seguridad filipinas todavía investigan la causa de la explosión que el pasado 19 de octubre provocó once muertos en un centro comercial del distrito financiero de la capital.