ESFUERZO. La Balona dominó el encuentro. / LA VOZ
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La Balona salva los muebles ante el Cerro, pero siguen los temores

La Balona logró ayer tres puntos fundamentales para continuar en la lucha por una de las cuatro primeras posiciones. La victoria sitúa a los de Carlos Ríos en la quinta plaza, a un sólo punto del cuarto y a dos del tercero, el Pozoblanco, su próximo rival. Esa sería la lectura sencilla del partido, pero los albinegros dejaron ayer demasiadas lagunas como para mirar hacia otro lado.

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Los linenses continúan cometiendo los mismos errores de semanas atrás y eso termina por abortar cualquier atisbo de confianza en sus incondicionales. Los errores en los pases, la precipitación al elegir jugada, la falta de pegada en los últimos metros, la carencia de ritmo en demasiadas fases del partido y, sobre todo, esa sensación constante de que los jugadores están rindiendo muy por debajo de sus verdaderas posibilidades.

El primer acto, decepcionante, terminó con una gran ocasión de Copi, que enganchó fuera un fenomenal servicio desde la derecha de Espínola. Tras la reanudación la Balona mejoró bastantes aspectos de su juego y salió concienciada en que, como mal menor, al menos los puntos debían quedarse en casa. No se alcanzó la fluidez ideal, ni tampoco la intensidad, pero al menos el equipo puso ganas. Pobre consuelo para tan ambicioso proyecto, pero tras lo visto hace siete días frente al Cádiz B es para darse con un canto en los dientes.

En el minuto 55, una falta al borde del área sevillana la aprovechó Joseph (excepcional en la tarde de ayer) para conectar un obús que se coló irremisiblemente por la escuadra derecha de la meta de Miguel Ángel. Un auténtico golazo muy aplaudido por el respetable, que hacía dos temporadas que no disfrutaba con un gol de falta directa en el Municipal. El gibraltareño, de paso, acabó con 280 minutos de esterilidad goleadora de los albinegros.

Gol de la tranquilidad

El tanto dio algo de tranquilidad a los linenses y terminó por hacer que los sevillanos bajaran un poco los brazos, al menos lo justo para llevar a la grada la confianza en una victoria.

En la recta final del choque los albinegros sentenciaron la contienda en una acción que nació de las botas de Marín, que con un soberbio pase dejó a Copi encarando al meta visitante. El control del algecireño fue genial, pero su definición fue aún mejor.