EXTRAÑEZA. Miguel Ángel Tornero contempla los límites entre lo real y lo irreal.
Cultura

Al filo de la realidad

Cristina Lucas y Miguel Angel Tornero, los jóvenes finalistas del Certamen de Artes Plásticas de Cajasol, exponen una muestra de sus creaciones en la Casa Pemán

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Cristina Lucas mezcla imágenes reales con animaciones y dibujos. Intenta «hablar de asuntos que quizá sean demasiado duros» y lo hace, paradódijamente, generando una incierta sensación de irrealidad que fluye en sus obras casi como un sentido paralelo, como un significado equidistante, subterráneo. Miguel Ángel Tornero, por su parte, proyecta en sus fotografías un empeño narrativo que, acentuado por el formato panorámico, juega a confundir lo real y lo ficticio en un curioso ejercicio terapeútico: una conducta artística que parte de la necesidad de reelaborar el entorno y tratar de trascender la vida cotidiana.

Ambos practican modos diferentes y estilos distintos, pero comparten esa inquietud tan especial de crear al límite, de correr al borde del precipicio conceptual, de hacer malabarismos en la frontera entre lo concreto y lo imaginado.

Las obras que Cristina Lucas y Miguel Ángel Tornero exponen en la Casa Pemán son más que representativas de los nuevos lenguajes del arte contemporáneo andaluz, tal y como lo acredita su condición de finalistas del Certamen de Artes Plásticas de Cajasol. La primera comenzó su trayectoria artística cuando dejó Úbeda, su pueblo natal, para estudiar en Madrid Bellas Artes. Durante la realización de un master en California se planteó el vídeo y la fotografía como modos de expresión plástica, protagonistas de la mayor parte de los trabajos que fueron seleccionados por el jurado del prestigioso certamen.

La animación es una de las muchas herramientas de las que se vale Cristina: un medio al que imprime un interesante enfoque político y que, en cuanto a características formales, parte del uso de la línea clara y el color acuarelado. Por su parte, Miguel Ángel Tornero cursó sus estudios en Granada, y desde su primera participación en una muestra colectiva en 2001 ha expuesto en un gran número de ciudades españolas, así como en Turín, México D.F., París, Milán y Sao Paulo.

En su caso, esa indagación en lo real como «generador de extrañeza» es la singular protagonista de su participación en la muestra. Las narraciones que se producen en ellas no son unívocas, planas, directas, y sus posibles significados pueden variar en función a un tiempo que se nos sustrae: el antes y el después de lo representado.

dperez@lavozdigital.es