Cultura

Ciencia ficción y 11-S

La mejor serie de ciencia ficción actual es heredera de las ideas de Jack Finney y del 11-S. Battlestar Galactica (Galáctica, estrella de combate) es una actualización de la epopeya espacial de finales de los años 70. Los cylones, robots creados por el hombre, se rebelan y destruyen las doce colonias de la Humanidad, y los supervivientes del holocausto huyen en una flota liderada por la Galáctica, que protegerá a los refugiados de los ataques enemigos. Las similitudes entre ambas producciones acaban ahí.

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Los malos de la nueva Battlestar Galactica parecen salidos de La invasión de los ladrones de cuerpos. Porque los cylones ya no son sólo robots metálicos, sino que también hay modelos indistinguibles de los humanos. Esos robots evolucionados ignoran en algunos casos lo que son: piensan, sienten y actúan como humanos hasta que les llega el momento de actuar, como las celulas durmientes del terrorismo islámico.

Ante esa situación, se desata una caza de brujas en una flota colonial que se teme infiltrada. «Los cylones son a la par terroristas y soldados, y la respuesta humana es considerarlos no humanos y sin derechos. No son combatientes con derechos, son prisioneros de Guantánamo», escribe Alfonso Merelo en Fantástica televisión (AEJC, 2007), libro que pasa revista a las series del género emitidas en España desde 1980. La tortura es legítima, y también lo es abandonar a su suerte a miles de personas ante un ataque en una guerra en la que los dos bandos comparten el fervor religioso, aunque por dioses y motivos diferentes. Real como la vida misma.