RELAX. Los sevillistas, en el entrenamiento de ayer. / AP PHOTO
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El Sevilla, obligado a confirmar su mejoría ante el Steaua para afianzar su segunda plaza

Tras desembarazarse con más apuros de los previstos del Slavia de Praga, ante el que encajó dos goles en las dos únicas aproximaciones al área de los checos, el Sevilla está obligado a vencer esta noche al Steaua de Bucarest para consolidar con firmeza una de las dos primeras plazas de grupo H que dan acceso a los octavos de final de la Liga de Campeones.

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Gracias a su triunfo liguero en el Ciudad de Valencia ante el Levante, el conjunto que dirige Juande Ramos ha encontrado la tranquilidad necesaria después de un mes nefasto, y afronta con plenas garantías un choque en el que parte como gran favorito para sumar los tres puntos.

Además, puede dejar virtualmente sin opciones a un conjunto rumano en crisis, a años luz de ese bloque que conquistó la Copa de Europa al ganar al Barça, por penaltis, la final de 1986 en el Camp Nou.

El Steaua es muy inferior y, además, trae buenos recuerdos al optimista Sevilla. Se enfrentaron en los dieciseisavos de final de la pasada Copa de la UEFA, con sendos triunfos de los blanquirrojos (cero a dos en la capital rumana y uno a cero en la del Guadalquivir).

Recuperado Kanouté de los problemas físicos que le impidieron jugar en Valencia, Juande tiene a su disposición su bloque de garantías, aunque Javi Navarro, Maresca, Kerzhakov y Escudé siguen lesionados. Tiene muchos y grandes hombres donde elegir, hasta el punto de que Chevantón, Hinkel y Fazio se quedaron fuera de la convocatoria por decisión técnica.

Tras caer ante el Arsenal, líder de grupo con dos victorias, y el Slavia de Praga, el alicaído Steaua se juega una de sus últimas esperanzas de poder superar esta criba. Tendrá que arriesgar porque sólo le vale ganar. Tan delicada es su situación que a casi nadie extraña que su controvertido presidente, 'Gigi' Becali, haya prometido a sus jugadores una prima de 30.000 euros por imponerse en el Pizjuán.

Los rumanos viven a la sombra de su polémico máximo mandatario, a quien se compara con el desaparecido Jesús Gil. Le acusan de interferir en el trabajo de los técnicos, lo que precipitó la dimisión de Gica Hagi tras la primera jornada de la Champions. Su sucesor, el italiano Massimo Pedrazzini, no ha logrado enderezar el rumbo del que otrora se consideraba el Barcelona del Este.