GP DE JAPÓN El español tiene su penúltimo cartucho. Pide lluvia, llueve... y se estrella. El inglés se coloca a 12 puntos y todo el personal da por perdido el Mundial.
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Un final de infarto para una temporada loca

El Mundial se recordará por la irrupción de Hamilton, sus enfrentamientos con Alonso y por las decenas de incidentes que sufrieron todos los pilotos

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Accidentes e incidentes. Reclamaciones e insultos. Adelantamientos magistrales y pifias de principiantes. De todo y para todos ha habido a lo largo de una de las temporadas más intensas, deportiva y extradeportivamente, de la historia de la Fórmula 1. Poco hacía presagiar, en el ya lejano Gran Premio de Australia, primera carrera de la temporada, que en lugar del previsto pique entre McLaren y Ferrari se iba a vivir una guerra increíble en el seno del equipo inglés entre los dos primeros clasificados del Mundial, uno de ellos el campeón vigente.

Kimi Raikkonen ganó en tierras oceánica, seguido por Fernando Alonso y el debutante Lewis Hamilton, que poco más o menos venía a decir entonces que era la suerte del principiante. Dos carreras después ya se encargaba, con su tercer podio consecutivo, de dejar claro que eso no era más que una pose y que iba a dar mucha guerra. Hamilton se alzaba a lo más alto de la clasificación en España, tras una pésima salida, con tierra incluida, de Alonso, que por lucirse en su casa casi se estrella. Eso sí, el español se encargó de demostrar su categoría dos semanas después, en Mónaco, donde dio un recital que incluyó pole, vuelta rápida y victoria. Pero más que la exhibición del español, en el Principado destacó más la primera pataleta de Hamilton, cuando, pese a su segundo puesto y seguir líder del Mundial, se descolgó criticando al equipo por, supuestamente, haber beneficiado a Alonso. Anda que no quedaban cosas por verse...

El caso es que el inglés se calmó en la primera carrera «americana», en Canadá, donde logró su primer triunfo en Fórmula 1 con pifia incluida de Alonso, que por culpa de los neumáticos acabó séptimo en una carrera marcada por el brutal accidente del polaco de BMW Robert Kubica. Su monoplaza se estrelló a 300 por hora contra un muro, se desintegró, hizo temer lo peor... y el piloto corrió en Estados Unidos una semana después. Y es que estos pilotos son de otra pasta.

De invitado a campeón

Con los Ferrari de invitados de lujo en la lucha de los McLaren (los rossos hicieron doblete en Francia), el signo de los acontecimientos cambia radicalmente a partir de Gran Bretaña. El mítico Silverstone iba a ser poco menos que tierra conquistada por Lewis Hamilton desde antes de empezar la carrera. Estaba en su casa, ante su público, pero se pasó de confiado y terminó por detrás de Fernando Alonso, que cogió toda la moral del mundo y anunicó remontada. Y tanto. Tanto que entre el accidente de Hamilton y la espectacular pasada a Felipe Massa en Nurburgring (que terminó con un impresentable cruce de insultos entre Alonso y el brasileño... en italiano), el español pasó de ser el segundón del año a volver a encabezar las apuestas para ganar el Mundial.

Tanto que en el siguiente Gran Premio, en Hungría, Hamilton perdió los nervios al verse superado por Alonso en la clasificación, montó un escándalo a Ron Dennis y consiguió que, en una decisión sin precedentes ni base legal, la FIA arrebatase la cabeza de salida al campeón del Mundo en beneficio del inglés.

Fue el principio del fin de la convivencia en McLaren. Desde entonces, en la escudería angloalemana se ha visto de todo, insultos incluidos. Pero lo mejor estaba por llegar. Japón era la cita elegida por Alonso para asaltar el liderato de Hamilton, pero la lluvia y un «toque» con Vettel terminaron con la estabilidad del McLaren número 1, que se estrelló contra una de las protecciones. Se acabó el sueño de la remontada.

O eso parecía, pues cuando todo apuntaba a que Hamilton, con 12 puntos de ventaja, se proclamaría vencedor en China, una mala planificación en un cambio de neumáticos terminó con el inglés fuera de la pista y devolvió a Alonso a la pomada, pues tras la carrera se quedaba a sólo tres puntos del ingles.

El final más apasionante de los últimos años en la Fórmula 1 se vivió ayer en Brasil, donde Raikkonen pasó de invitado a campeón y donde Ron Dennis terminó siendo el gran perdedor. 1 2 3 5 4 7 6 8