Opinion

La inmigración en la provincia

La incidencia de la inmigración en el entorno de la Bahía de Cádiz y Jerez ha sido muy baja hasta la fecha en comparación con otras capitales españolas como Madrid, Barcelona, Málaga, Almería, Sevilla o Murcia. La provincia gaditana ha vivido en las dos últimas décadas, eso sí, el drama de ser la puerta de entrada desde el continente africano de miles de inmigrantes y testigo de la muerte anónima de otros muchos en aguas del Estrecho. Sin embargo, en el último lustro se ha podido constatar un importante incremento de la entrada de extranjeros procedentes especialmente de países sudamericanos, de la Europa del Este y de África. De hecho, un tercio del incremento de la población en los últimos siete años en la provincia se debe a la llegada de extranjeros, que en enero de 2006 sumaban 31.869, diez mil de los cuales estaban afiliados a la Seguridad Social. Además, se estima una población en situación irregular de 12.000 personas, aunque desde asociaciones y organizaciones no gubernamentales se considera que la cifra es muy superior.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Lo cierto es que Cádiz se enfrenta en los próximos años a un aumento de la población inmigrante que favorecerá el dinamismo económico y laboral, pero que también requerirá la adopción de medidas que facileten tanto su integración profesional y social y que generen un entorno favorecedor desde la escuela. Tan importante es el apoyo y asesoramiento a esta nueva población como el trabajo educativo para consolidar los pilares de una sociedad integradora, multicultural y tolerante. Es obvio que esta compleja tarea supera a la labor que se pueda realizar desde los municipios o instituciones locales y provinciales, ya que depende sobre todo de políticas nacionales y autonómicas, pero es preciso resaltar su importancia y trascendencia cara al futuro. Cádiz es la provincia cuna del liberalismo y de la convivencia de culturas milenarias y por ello tiene las bases sólidas para construir los pilares de una sociedad capaz de integrar y potenciar todos los aspectos positivos de la inmigración.

Bien es cierto que para ello es necesario un trabajo serio y responsable desde todas las instituciones para adaptar los servicios a esta nueva demanda y para luchar con diligencia y eficacia contra la inmigración ilegal, que supone sobre todo la explotación de los propios inmigrantes, su subsistencia en condiciones muy precarias y que distorsiona la propia adaptación de políticas de apoyo e integración. Es clave también resaltar la importancia que la inmigración va a tener en el mercado de trabajo y su contribución estratégica en sectores donde es cada vez más complicado encontrar mano de obra cualificada.

Por todo ello, es posible convertir la inmigración en una oportunidad que contribuya al crecimiento socioeconómico de la provincia y que al mismo tiempo aporte la riqueza cultural de la diversidad en el marco de una sociedad gaditana tan arraigada al principio de la convivencia.